MEDICINA CUANTICA

Los Fotones Transmiten la Información que Vemos

by on Abr.17, 2010, under Artículos de Ciencias, El Enganche Espiritual, La Ciencia, La Conciencia, La Física, Los Campos Energéticos

Según el artículo escrito por Alejandro Sánchez Mellado, físico y director del centro de formación Vegacenter, por muy difícil que nos parezca el concepto hemos de empezar a entender primero y después a integrar en nuestro funcionamiento que la luz transmite información que al tiempo configura los objetos que vemos, y nos parecen a «todas luces» muy sólidos y a todo lo que forma parte del mundo físico, incluido a nosotros.  Todo forma parte del segundo nivel de existencia: el ámbito cuántico que consiste de información y energía.  La razón por la que no vemos este caldo electromagnético y si la solidez y formas definidas de los objetos es debido a la velocidad de la luz.  Todo va demasiado rápido para que nuestros sentidos lo capten.  Al final del artículo Antonio nos hace la siguiente pregunta: ¿sería posible identificar este campo bioenergético con lo que tradicionalmente se ha llamado el aura o aureola, en definitiva, con el alma?   

«En los años ochenta, el biofísico alemán Fritz Albert Popp hizo un descubrimiento que ha pasado completamente inadvertido fuera de la comunidad científica especializada y que sin embargo, es uno de los hallazgos más importantes en biología desde que Watson y Crick descubrieran en 1953 la estructura del ADN.

Popp demostró experimentalmente que todas las células emiten una luz muy débil. Esta luz, llamada luz biofotónica, es una radiación coherente y armónica que tiene la capacidad de comunicar unas células con otras. Células del mismo tipo producen fotones de la misma frecuencia que interfieren entre sí, creando canales de comunicación entre ellas. De esta forma, unos pocos fotones pueden transmitir una gran cantidad de información, y pueden indicar incluso cuándo se tienen que producir reacciones químicas en el interior de una célula. En definitiva, la luz biofotónica parece estar en la base de todos los procesos biológicos.

Este descubrimiento tiene un alcance filosófico sin precedentes, cambiando la concepción que tenemos hasta ahora de los seres vivos.

De la bioquímica a la biofísica

Con el importante desarrollo que ha experimentado la bioquímica durante el siglo XX, el modelo de ser vivo que se ha impuesto es químico-molecular. Es decir, en realidad se trata de un modelo mecanicista que es básicamente el universo formulado por Demócrito en el siglo V A.C., formado únicamente por átomos materiales. De esta forma, el funcionamiento de los seres vivos se reduce a millones de moléculas (hormonas, proteínas, enzimas, etc.) que reaccionan químicamente entre sí.

Antes de Popp varios descubrimientos alumbraban la importancia de la luz en los seres vivos. Entre ellos, los científicos rusos Stschurin, Kaznatchejev y Michailova constataron que un virus se podía contagiar sin contacto material, sólo a través de la luz.

Después del descubrimiento de Popp y los avances de la biofísica, se ha puesto de manifiesto que el modelo químico-molecular es insuficiente. Los seres vivos no sólo están formados por materia, sino que también están formados por campos electromagnéticos; esta materia y estos campos interaccionan entre sí, y la vida sólo se puede entender si tenemos en cuenta ambos factores.

Ondas y materia

En 1924, Louis de Broglie enunció la conocida dualidad onda-corpúsculo, en la que postulaba que toda partícula material se comporta también como una onda y viceversa, toda onda se puede considerar formada por partículas materiales. Es decir, todo lo que existe se puede comportar simultáneamente como materia y como onda. O expresado de otra manera, el aspecto material y el aspecto ondulatorio son dos aspectos diferentes de una misma entidad superior que aún no atisbamos a conocer. Este insólito descubrimiento parecía aplicable únicamente al ámbito de las partículas elementales, pues en el mundo macroscópico que nos rodea, apenas se nota su efecto.

Sin embargo, con el hallazgo de Fritz Albert Popp, la dualidad onda-corpúsculo ha pasado de la física de partículas a la biología: Los seres vivos, y entre ellos los seres humanos, somos al mismo tiempo materia y ondas. Estamos formados por células materiales, pero a la vez, de estas células emana un campo electromagnético. Esto, sin lugar a dudas, supone un nuevo modelo no materialista de los seres vivos.

La bioenergética

En los últimos años se está empleando un nuevo concepto: la bioenergética, donde se da especial importancia a la relación entre la vida y la energía, y se intenta integrar todos los fenómenos biológicos: químicos, físicos, mentales y emocionales. Dentro de este marco, se ven alterados los conceptos que teníamos de salud y enfermedad. Muchas enfermedades se pueden identificar con un mal funcionamiento de los campos bioenergéticos.

La relación entre los seres vivos y el ambiente que los rodea es más importante de lo que parecía. La luz que llega del exterior interacciona con la luz biofotónica y viceversa.

Las aplicaciones relacionadas con el descubrimiento de Popp y la bioenergética alcanzan numerosos campos, como por ejemplo:

Medicina: Actualmente hay muchos profesionales que están aplicando técnicas curativas basadas en la luz y en ondas electromagnéticas.

Psicoterapia: En algunos tratamientos psicológicos se están utilizando terapias bioenergéticas.

Alimentación: El propio Popp dice que la calidad de los alimentos se puede medir según la cantidad de luz que puede almacenar en su interior. La emisión de fotones de la comida fresca es mucho mayor que la que ha sido sometida a radiación o en conserva.

Conclusiones

En todos los ámbitos, los modelos mecanicistas están siendo sustituidos por modelos organicistas. Los últimos descubrimientos científicos nos están alejando del implacable materialismo propio de la filosofía occidental y nos están acercando cada vez más a las filosofías orientales, donde desde tiempos inmemoriales se le da especial importancia al concepto de armonía, y a la influencia que ejerce sobre nosotros todos los elementos del universo.

Por último, podríamos plantearnos una pregunta: ¿sería posible identificar este campo bioenergético con lo que tradicionalmente se ha llamado el aura o aureola, en definitiva, con el alma?»

FUENTE: http://www.pliegosdeopinion.net/pdo7/pensamiento/articulos/alejandro.htm

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