MEDICINA CUANTICA

El ADN sin Misterio

by on Nov.04, 2010, under ADN, Medicina

Desde que el ADN fue descubierto en la década de los 50, los científicos nos han convencido de que los seres humanos, nos hallábamos totalmente determinados por nuestro código genético y que no había nada que pudiésemos al respecto. Su postura era: estamos programados y únicamente se desarrollan cambios genéticos a lo largo de extensos periodos de tiempo y a través de procesos lentos. Hasta el día de hoy, según la ciencia convencional, el único modo de alterar nuestro código genético es proceder mecánicamente (o en determinados casos bioquímicamente). En otras palabras, saca un gen de aquí, vuelve a meter otro allí, destruye unos cuantos más con productos químicos o virus.

Los psiquiatras fueron los primeros en cuestionar la creencia de que resulta imposible influir en nuestra genética a través de la mente o el espíritu. A base de observar a individuos con “personalidades múltiples”, vieron que cada una de las personalidades tenía su propio nombre, visión del mundo y modo de relacionarse con los demás (incluso sexualmente). Sin embargo, estas distintas personalidades existían y se alteraban todas dentro del mismo cuerpo, haciendo que se tradujesen cambios fisiológicos en cuestión de minutos.

Por supuesto, es cierto que si existen programas genéticos que determinan nuestro aspecto físico, nuestra biología, nuestras aptitudes innatas y hasta una parte considerable de nuestra psicología, incluidas las limitaciones sobre las cuales no tenemos opción. Aquello de lo que tenemos una menor certeza es de que no haya nada que podamos hacer al respecto. Tenemos un papel que desempeñar. La comunidad científica no posee la autoridad exclusiva sobre el genoma humano.

Por ahora, sin duda ha comprendido usted que si imaginamos a nuestro ADN aleatorio (esto es, el 97% de nuestros genes y a 41 de los 64 codones posibles) como un componente restringido, infructuoso e inútil de nuestro ADN, esta será la idea que resonará en nuestro interior, modelando nuestra realidad. Si por el contrario somos capaces de concebir una realidad mayor, abriendo nuestra mente a una concepción temporal mas amplia al recordar que el ADN aleatorio encierra un increíble poder, la respuesta de nuestro ADN será ilimitada. Basta con pensar en todo cuanto es posible con tan solo el 3% de nuestro ADN a fin de comprender todo el poder que puede existir en el 97% restante.

Otro desafía de la torre de marfil de la ciencia mecanicista vino impuesto por la física cuántica: según los defensores de la nueva física, la materia no es tan “sólida” como parece: es alterable, e interactúa con la realidad asó como con el tiempo. Más concretamente, al referirse a lo infinitésimo, los físicos cuánticos nos han enseñado que la materia ha dejado de tener la misma realidad concreta: ya no es materia, sino energía y la forma (realidad concreta) que adopta viene influenciada, y aún determinada, por le observador en obediencia a las leyes de la física.

Los científicos han observado incluso que las ondas del ADN pueden ser modificadas dependiendo del estado de la mente del observador. Por ejemplo, la espiral puede marchitarse si nos hayamos en un estado de creatividad o felicidad. Esto significa que incluso el mundo científico reconoce hasta qué punto influyen nuestros pensamientos en la conformación física del ADN.

EL ADN ES EL LIBRO ABIERTO DE LA CIVILIZACIÓN HUMANA

Fuente: Extracto del libro “El ADN sin Misterio”, Pgn. 33 y 34.

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