MEDICINA CUANTICA

Abandonada a Sí Misma Largo Tiempo

by on Feb.14, 2011, under Desdoblemiento del tiempo, El Enganche Espiritual, Genética, Kultura, La Ciencia, La Conciencia, Los Místicos, Tributo a los Héroes

Foto: Las mejores fotos del 2010

Pierre Teilhard de Chardin S.J. (Sarcenat, 1 de mayo de 1881 – Nueva York, 10 de abril de 1955) religioso, paleontólogo y filósofo francés es una de esas figuras que el tiempo ha reivindicado para procurarle un lugar destacado en la historia.  En la actualidad son muchas las personas que referencian el trabajo de Chardin, por aportar una muy personal y original visión INTEGRATIVA de la evolución. Miembro de la orden jesuita, al igual que otros pensadores holísticos, (por ejemplo Carl Jung), sus teorías se vieron atacadas por las ramas eclesiásticas e ignoradas por la ciencia.  Suyos son los conceptos de Noosfera (que toma prestado de Vernadsky) y Punto Omega.

Su pensamiento, centrado en la evolución de la conciencia como especie, es fiel al evolucionismo de Charles Darwin, a la teoría del Big Bang pasando por el delirante mundo cuántico con ideas básicas sobre la estructura de los átomos para finalmenete extrapolar a lo macro con la convicción de que el individuo no es más que una célula de la Conciencia en constante evolución en su más amplio sentido de la palabra, es decir englobando lo emocional, mental, espiritual y físico.  Más bien es otro ejemplo del pensador que se adelanta a su tiempo.

El biólogo Francisco J. Ayala realiza una síntesis sobre el pensamiento de Teilhard de Chardin y lo reduce a cuatro puntos básicos:

El tiempo: la cuarta dimensión

Antes de la aparición de la teoría de la evolución, predominaba la imagen de un universo estático, formado totalmente desde sus lejanos comienzos. Por el contrario, con la evolución aparece la dimensión “tiempo”, como un actor principal, ya que el cambio es lo esencial y lo estático es lo inexistente.

La evolución universal

Según Teilhard, no sólo la vida, sino la materia y el pensamiento están también involucrados en el proceso de la evolución. De ahí que es necesario atribuirle a dicho proceso un sentido.

Principio de complejidad-conciencia

El sentido de la evolución, que involucra tanto la materia, como la vida y el pensamiento (o el espíritu), está comprendido en un principio descriptivo de la mayor generalidad: la tendencia hacia el logro de mayores niveles de complejidad y, simultáneamente, al logro de mayores niveles de conciencia.

Omega: la meta de la evolución

A partir de la tendencia del universo, guiado por la Ley de complejidad-conciencia, Teilhard vislumbra el Punto Omega, al que define como “una colectividad armonizada de conciencias, que equivale a una especie de superconciencia. La Tierra cubriéndose no sólo de granos de pensamiento, contándose por miríadas, sino envolviéndose de una sola envoltura pensante hasta no formar precisamente más que un solo y amplio grano de pensamiento, a escala sideral. La pluralidad de las reflexiones individuales agrupándose y reforzándose en el acto de una sola reflexión unánime”.[3]

La evolución entonces se estaría convirtiendo en un proceso cada vez más opcional. Teilhard señala así los problemas sociales del aislamiento y de la marginalización como inhibidores enormes de la evolución, ya que la evolución requiere una unificación del sentido. Ningún futuro evolutivo aguarda a la persona si no es en asociación con los demás.

Foto: Las mejores fotos del 2010

La ley de complejidad-conciencia, propuesta por Pierre Teilhard de Chardin, es un intento de abarcar, mediante un mismo principio, tanto a la teoría cosmológica de la gran explosión (big bang), que da origen a la materia, como a la evolución biológica y a la evolución cultural. Decimos que comprendemos un aspecto de la realidad cuando podemos encontrarle un sentido definido; de ahí que podemos atribuirle un sentido aparente al universo a través de este principio tan general.

A medida que la materia se va enfriando, luego del momento inicial del universo y posterior expansión, se establece un progresivo aumento de la complejidad, que va desde las partículas fundamentales hasta los núcleos, átomos y moléculas. Si bien no existe una definición exacta de lo que es la complejidad, al menos aceptada con generalidad, podemos asociarla al grado de información necesaria para describir algún ente natural, o artificial. La información está descrita cuantitativamente a partir de la teoría de la información.

Conciencia
A partir de las moléculas de mayor tamaño y complejidad, aparece la vida y comienza a actuar la selección natural. A medida que crece la complejidad va apareciendo cierto grado de autoconciencia. La última etapa de este proceso nos lleva hacia la vida inteligente, el último peldaño de la complejidad y de la conciencia que tenemos de nosotros mismos. (Consciente: que siente, piensa, quiere y obra con conocimiento de lo que hace).

Ley de complejidad-conciencia
Respecto de este principio, Teilhard de Chardin escribe: “Abandonada a sí misma largo tiempo, bajo el juego prolongado de las probabilidades, la Materia manifiesta la propiedad de ordenarse en agrupamientos cada vez más complejos y, al mismo tiempo, cada vez más impregnados de conciencia; este doble movimiento conjugado de enrollamiento cósmico y de interiorización (o centración) psíquica prosigue, acelerándose y avanzando todo lo lejos que es posible, una vez iniciado”.

El texto de Teilhard de Chardin es altamente especulativo, esta connotado de claras influencias religiosas cristianas y ha sido muy debatido por filósofos y teólogos contemporáneos. Teilhard de Chardin ofrece una visión esperanzadora, positiva y pacificadora de la evolución humana, viendo en ella sucesivas etapas de destrucción (muerte, sin el sentido negativo que habitualmente se le atribuye al término) y construcción de algo mejor sobre lo destruido (vida), que produce incrementos de complejidad y conciencia. Supone que el ser humano está compuesto inicialmente por un componente corporal o somático (animal) al que la evolución ha agregado lo cerebral, intelectual y psicológico (racional), y que evoluciona, según él, hacia un tercer componente teónico o noosférico (de carácter espiritual). 

ALGUNAS DE SUS CITAS:

 

Foto:  Pierre Theillard de Chardin

“Cualquiera que sea el grupo animal (vertebrado o artrópodo) del que se estudie la evolución, es de destacar que, en todos los casos, el sistema nervioso crece con el tiempo en volumen y en orden, y, simultáneamente, se concentra en la región anterior, cefálica, del cuerpo. Tomados en el detalle de los miembros y del esqueleto, los diversos tipos organizados pueden diferenciarse perfectamente, cada uno según su línea propia, en las direcciones más diversas o más opuestas. Considerada en el desarrollo de los ganglios cerebrales, toda vida, toda la vida, deriva (más o menos rápidamente, pero esencialmente), como una sola ola ascendente, en la dirección de los cerebros más grandes”.

“Entre las infinitas modalidades en que se dispersa la complicación vital, la diferenciación de la substancia nerviosa se destaca, tal como lo hacía prever la teoría, como una transformación significativa. Da un sentido, y por consiguiente demuestra que hay un sentido en la evolución”.

“Esta deriva de complejidad-conciencia (que desemboca en la formación de corpúsculos cada vez más astronómicamente complicados) es fácilmente reconocible desde lo atómico, y se afirma en lo molecular. Pero es, evidentemente, en lo viviente donde se descubre con toda su claridad, y toda su aditividad; al mismo tiempo que se transpone en una forma cómoda y simplificada: la deriva de cerebración”.

“Sin ninguna razón científica precisa, sino por simple efecto de impresión y rutina, hemos adquirido la costumbre de separar unos de otros, como si pertenecieran a dos mundos diferentes, los ordenamientos de individuos y los ordenamientos de células, siendo sólo los segundos mirados como orgánicos y naturales, por oposición a los primeros, relegados al dominio de lo moral y lo artificial. Lo social (lo social humano sobre todo), se considera asunto de historiadores y de juristas, más que de biólogos…”

“…para el mundo, estar construido de tal modo que el pensamiento que ha salido evolutivamente de él tenga derecho a considerarse irreversible, en lo esencial de sus conquistas y que la conciencia, florecida sobre la complejidad, escape, de una manera o de otra, a la descomposición de la que nada podrá preservar, a fin de cuentas, al tallo corporal y planetario que la soporta. A partir del momento en que ella se piensa, la evolución no podrá ya aceptarse, ni autoprolongarse, más que si se reconoce irreversible, es decir, inmortal”.

“El hombre, al mismo tiempo que un individuo centrado en relación consigo mismo (es decir, una «persona»), ¿no representa un elemento, en relación con alguna nueva y más alta síntesis? Conocemos los átomos, sumas de núcleos y de electrones; las moléculas, sumas de átomos; las células, sumas de moléculas…¿No habrá, entre nosotros, una humanidad en formación, suma de personas organizadas? ¿Y no es ésta, por lo demás, la única manera lógica de prolongar, por recurrencia (en la dirección de mayor complejidad centrada y de mayor conciencia), el curso de la moleculización universal?” 

FUENTES:

DE LAS FOTOS:

http://orbe.perfil.com/2011/02/12/las-mejores-fotos-de-2010/

DEL ARTÍCULO:

http://teilharddechardin2010.blogspot.com/2009/08/el-pensamiento-de-teilhard-de-chardin.html
http://humanismoyconectividad.wordpress.com/2011/01/10/historia-evolucion-conciencia/
http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_complejidad-conciencia
http://es.wikipedia.org/wiki/Teilhard_de_Chardin

 

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