MEDICINA CUANTICA

Las Solas Luces De La Razón

by on Jun.08, 2011, under Coaching, La Ciencia, Psicología

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Como ya os comente en mi post anterior, mi intención es desgranar una a una las herramientas propias del Coaching y que considero necesarias en nuestra vida cotidiana para alcanzar tanto la plenitud personal como profesional. En esta ocasión vamos a indagar sobre la intuición, esta facultad tan poderosa que todos lo seres humanos tenemos y que en multitud de ocasiones desechamos dando prioridad a nuestra lógica a la que prestamos mucha más confianza.

La intuición es un modo de percepción y conocimiento que atañe a distintas esferas del “saber”. A través de la intuición recibimos interiormente informaciones que proviene de una parte de nuestro ser, como si tuviésemos un guía o una zona de sabiduría que se comunica con nosotros a través de una dinámica intuitiva. Nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra conciencia son los instrumentos de expresión de esta facultad interior.

Saber que va a producirse un hecho, percibir el verdadero estado psicológico de una persona, tener una comprensión inmediata de una situación, estar inspirado… todo ello revela el amplio campo de aplicación de la intuición, que nos procura un momento de unidad donde la duda no es posible.

Cuando decimos “Tengo la intuición de que…”, estamos de hecho diciendo, “Tengo el conocimiento intuitivo de que…”. Todos hemos experimentado una intuición, sabiendo a continuación que se trataba de eso, de una intuición… ¡Sobre todo cuando la hemos seguido! Al constatar los resultados nuestras decisiones en la vida nos hacemos conscientes –pero a posteriori- de que esa información, aunque irracional y un tanto misteriosa, era precisa.

Al decidir algo solemos actuar bajo la influencia de cuatro factores: el pensamiento racional (Óptico y lineal), la directiva emocional y afectiva, la impulsión instintiva y arcaica y el pensamiento intuitivo y global. Estos cuatro factores entran en ocasiones en contradicción. El razonamiento intelectual puede, por ejemplo, apartarnos de la intuición, de la que tiene tendencia desconfiar en nuestra cultura cartesiana occidental. Y, sin embargo, es la conciencia de nuestra intuición lo que nos permite abrir nuestra mente a una concepción más global de la vida y del mundo del que formamos parte.

listas.20minutos.es La intuición es una aptitud humana natural que como el resto de las capacidades (físicas, intelectuales, etc.), puede desarrollarse y profundizarse gracias a una formación apropiada. Considerada como nuestro sexto sentido, complementa los otros cinco modos de percepción sensorial gracias a los que apreciamos nuestra realidad: visual, Kinésico (el tacto), auditivo, gustativo y olfativo. La intuición nos permite sintonizar con lo que reside en nuestro corazón: en lo más profundo de nosotros sabemos ya cómo ser felices, como realizarnos… y cómo compartirlo con los demás. Por desgracia, a causa de pautas familiares más o menos conscientes, y también a causa de nuestra cultura y nuestra manera de vivir, no nos concedemos la libertad de ser y vivir como lo sentimos. De ahí la necesidad de hacer un trabajo personal para liberarnos de los bloqueos y limites ligados a nuestra personalidad, a nuestro pasado o a nuestra historia familiar, un trabajo para el que cada uno debe elegir la herramienta que le convenga: psicoterapia, psicoanálisis, coaching, yoga meditación, etc. De ahí también el interés de entrar en contacto con esta intuición que, en todo momento, resuena en nuestro interior, a nuestra espaldas.

Cada uno es libre de seguir o no los mensajes que nos entrega la intuición. Lo que es cierto es que, cuanto más seguimos esos mensajes, mas aumenta nuestra intuición, pues al hacerlo habilitamos un espacio cada vez más amplio en el que puede expresarse. Seguir nuestra intuición refuerza nuestra confianza en su funcionamiento. Esta confianza se afianza con el tiempo, a medida que los acontecimientos confirman las intuiciones, que permiten por ejemplo que nos encontremos en el lugar adecuado en el momento preciso.

Sexto sentido; la intuición es pues un modo de conocimiento y de comprensión del mundo. El cuerpo es el medio de la intuición, que se manifiesta a través de imágenes, impresiones o sensaciones o incluso a través de los sonidos (esa famosa vocecita interior). Sea cual sea su modo de expresión, la intuición presenta siempre un carácter de evidencia y de verdad en si misma, a menudo impresionante para quien está a la escucha de los mensajes tan precisos que ofrece. Cuando aprendemos a percibirla, sabemos que la información entregada es acertada, pues se nos impone con certeza. A pesar de todo, seguir la propia intuición requiere de una gran confianza y mucho coraje, pues el razonamiento intelectual racional es incapaz de justificarla; incluso a veces, el mensaje entregado va contra la razón… La práctica regular y asidua es indispensable, pues sólo ésta permite a los hechos corroborar nuestra intuición.

Gracias a su acción anticipada, la intuición proporciona el sentido de una situación antes de conocer o identificar por completo todos los elementos, pues proviene de un nivel de la inteligencia más profundo que el de nuestra conciencia lineal habitual. La intuición provoca una especie de “brecha” en nuestra realidad, lo que permite ese paso de lo invisible a lo visible.

La intuición, que Jung calificó de “función psíquica irracional”, puede pues considerarse como una pasarela entre el conocimiento que reside en nosotros mismos y el mundo que nos rodea. En efecto, está a nuestro alcance todo un saber, registrado en nuestro inconsciente colectivo, bajo la forma de un banco de datos inagotable. La intuición nos hace penetrar en ese mundo invisible y nos da acceso a una multitud de informaciones que aclaran nuestra relación con la realidad. Por ello se la puede considerar una forma de leguaje elaborada que nos permite ejercer el arte de recibir mensajes.

La intuición nos da acceso a un banco de datos inmenso, pues las informaciones recibidas no provienen únicamente de nuestras experiencias y de nuestro saber personal, sino también del inconsciente colectivo.

Al familiarizarnos con el proceso intuitivo, es posible comprender como interpretar de forma adecuada los mensajes de todo tipo que nos llegan. Poco a poco se aprende a ser totalmente consciente del mundo en que vivimos o que nos rodea. Se comprenden mejor los vínculos o intercambios permanentes que existen entre esos dos mundos, externo e interno. Se accede a la verdad interior, así como a la del otro. Se penetra tras la apariencia de las cosas.

La confianza que le otorguemos a la intuición se desarrollará a medida que los hechos la ratifiquen. Esos nos hará comprender que nos se trata de un poder sobrenatural reservado a unos pocos.

Fuentes: http://www.redesparalaciencia.com/wp-content/uploads/2008/06/entrev004.pdf
Extracto del Libro Arte y Ciencia del Coaching, Leonardo Ravier.
Extracto del libro Inteligencia Intuitiva, Vanessa Mielczareck.

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