MEDICINA CUANTICA

La Física Cuántica, el Sentimiento, la Música, los Pulsos, las Ordenes del Cerebro…

by on Oct.12, 2009, under Artículos de Ciencias, General, La Conciencia, La Física

…las ondas que se forman en un arroyo, la luz… La conexión entre estos elementos se irá reflejando a lo largo de esta serie cuyas ideas proceden de la web sobre sensoterapia.

La energía es como el agua, toma la forma del recipiente que la contiene. Hasta no ser conscientes de la energía la seguiremos confundiendo con sus recipientes. Esos recipientes son nombres como: vacío, depresión, soledad, silencio, etc. Sin embargo, la energía es una espiral, un remolino que solo se puede sentir y disfrutar, cualquier nombre es solo un recipiente más. La energía corporal surge de oscilaciones eléctricas en las neuronas y las células, todos la sentimos intensamente a través del sexo pero también cuando al hacer contacto con alguien nos recorre un calambre y ocasionalmente hasta podemos ver la chispa. Por tratarse de electrones, energía y ondas, la física cuántica es la ciencia que debería explicar las sensaciones, pero aún no sabemos como sentimos, sabemos poco de la energía y su relación con las sensaciones, el cerebro y la conciencia.

Al introducir un termómetro en agua cambiamos la temperatura original, nunca podemos saber nada de algo hasta no medirlo y al medirlo lo transformamos. Medir implica cambiar lo medido. Los aparatos que miden la energía (voltímetros, electrocardiogramas, electroencefalogramas) son ciencia, pero cuando llegan a la mente del científico que observa pasan a ser mediciones subjetivas ya no tan reales.

En la mente del observador desaparece la objetividad científica porque no sabemos como sentimos. Solo descubriendo a fondo como sentimos podremos saber que es lo real. Algunos experimentos señalan que el cerebro crea la realidad cuando percibe. Por todo lo anterior se hace imprescindible una ciencia que estudie el sentir, que estudie la conciencia; sin ella no se puede hablar de realidad objetiva y de ciencia. El científico es un ser de energía interpretando la energía, cuando en realidad la debería sentir, hacerse uno con la energía; esa sería la mejor manera de comprenderla. La ciencia ya está en sus fronteras, más allá de ellas se vislumbra la consciencia. Los científicos pronto tendrán que volcar sus investigaciones hacia adentro y aceptar que sin calibrar sus sentidos (naturales analizadores de frecuencias con los que decodifica, modifica y crea su realidad) sólo se podrán aproximar a la energía con un modelo racional y teórico de interpretación pero jamás podrá tener certeza sobre ella. Las preguntas que más se hace la ciencia actual son: ¿Qué es la consciencia? ¿Cómo percibimos? ¿Qué es sentir? ¿Qué es esa energía que sentimos? ¿Existe una realidad allá afuera o hay que crear la realidad en la que valga la pena creer? La ciencia busca con afán la respuesta a estas preguntas.

Para aprender sobre la energía, su naturaleza musical y lumínica, utilizaremos el lenguaje de la física porque son los físicos los que con más inspirada y ferviente devoción han consagrado su vida al estudio de la luz y a la veneración por el universo y las estrellas, por su gravedad y su unidad con lo terrenal y el micromundo de las partículas. Las fronteras entre ciencia y religión cada vez son más estrechas, así que finalmente todos somos devotos de la luz. Según Einstein, para la luz que salió del Big Bang no ha pasado ni un segundo porque a la velocidad de la luz el tiempo no transcurre. Los fotones son eternos, pueden estar aquí y en otra galaxia a la vez, son luz. Todos somos devotos de la luz y de la energía y todos buscamos esa gran unificación con el todo. Espero que el lector no se asuste cuando le digo que de la mano de la física cuántica iremos entendiendo nuestra energía, nuestro sentir, nuestra conciencia o incluso la luz divina porque vamos a descubrir que al entender nuestras sensaciones en términos de fotones, electrones y cuantos, aquella física mal entendida que tanto nos traumatizó en la secundaria se hace comprensible, agradable e imprescindible pues nos libera de tener que enclaustrar nuestra luz, energía y conciencia en el estrecho, limitado e inadecuado recipiente de: los conceptos, las doctrinas, las creencias, los tabus, los temores, los prejuicios y las afirmaciones infundadas, supersticiosas, míticas, culposas, malintencionadas o simplemente malentendidas y malinterpretadas.

No hemos entendido la física cuántica simplemente porque no entendemos nuestra mente y nuestro sentir, pero de la mano del sentir vamos a entender que la cuántica es no solo comprensible y explicable, sino también, coherente, unificadora y más liberadora de la conciencia que cualquiera de las actuales religiones ya gastadas, manipuladas y mal interpretadas. Enfermedades como la psicosis, la depresión, el pánico, se originan por ignorar las leyes y fenómenos cuánticos que se están expresando a través de ellas. Al conocer las leyes cuánticas y aplicarlas al sentir, lo que antes era una debilidad se convierte en nuestra mayor fortaleza. Desconocemos nuestra mente por no entender la física cuántica y no entendemos la cuántica porque desconocemos nuestra mente. A los físicos les asusta lo mental, lo sensible, el hemisferio cerebral derecho (simbólico), lo religioso y a algunos estudiosos de lo espiritual del hemisferio cerebral derecho les espanta la cuántica. Despectivamente los físicos opinan que lo mental es imaginación, sin embargo saben que sin comprender el fenómeno de la conciencia del observador, la física termina también en lo imaginario.

PERCIBIR ES OBSERVAR UN CAMBIO, UNA VARIACIÓN

SensoPulsoGimnasia (SPG) son tres palabras que integran lo que siempre ocurre en un ser vivo cuando percibe. Senso (S) hace referencia al cambio en sus sensaciones que son variaciones en las oscilaciones eléctricas (S) de sus neuronas y células. Pulso (P) hace referencia al cambio en el flujo sanguíneo que siempre va de la mano con (S) el cambio en el sentir. La G de Gimnasia implica que todo acto sensible (S) y vascular (P) activan un movimiento muscular (G). Pero la vía opuesta también ocurre: un cambio súbito de actividad muscular (G) acelera el pulso (P) y electriza la piel con un nuevo escalofrío (S). Al medir el Senso con electroencefalogramas EEG o al medir los cambios vasculares (pulso) con secuencias de imágenes del flujo vascular mediante resonancia nuclear magnética (RNM), se descubre que el cerebro es como un arroyo en el que aparecen y desaparecen remolinos de sangre (P) y energía (S). Esos remolinos, llamados atractores, se hacen más intensos en el lóbulo temporal si el estímulo fue auditivo, o colapsan en el lóbulo occipital si el estímulo fue visual, o se detectan en el lóbulo temporal si fue un olor el que perturbó el «arroyo cerebral». En el «arroyo cerebral» se observa que si en un tiempo t2 se olfatea un aroma que es diferente al que había en t1, se cambia el atractor (SP) que había en t1 por un nuevo remolino de energía (S) y sangre (P) en el tiempo t2. Eso significa que hay un «reseteo» de la información (SP) entre el anterior olor de t1 y el nuevo de t2. Así percibimos mediante comparación de como cambiaron las resonancias cerebrales desde t1 hasta t2.

Sentimos con la sangre
Un electroimán se hace al pasar corriente (un flujo de electrones) por la espiral de una bobina hecha de alambre de cobre (así se induce un campo magnético). A su vez, un imán moviéndose dentro de una espira de alambre induce corriente (así se prende una moto). En el cuerpo ocurren esta inducción cuando los microimanes de la ferritina de la sangre inducen corrientes (S) al desplasarse por esas «bobinas» arteriales que forman las espirales musculares en el corazón y los vasos sanguíneos. Esas corrientes al variar (cambiar de atractor) redistribuyen el flujo (P) y en consecuencia la intensidad del imán. Es decir, a mayor flujo de ferritina (P), mayor campo (S) y mayor electricidad (S). Esa electricidad incrementada (S) y campo ampliado (P) es un nuevo atractor en t2 que viaja por las arterias (P), los conductores corporales, que llegan hasta la piel produciéndonos los cambios en las sensaciones (S) las cuales nos hacen respirar y movernos (G). Ese flujo eléctrico (S) que es captado por el ECG, es inductor y es inducido por campos magnéticos.

A estos campos tradicionalmente se les ha llamado aura energética. La prueba de que esos flujos del cerebro (y del corazón) llegan a la piel (S) son los electrodos del electroencefalograma EEG o del electrocardiograma ECG que amplifican las oscilaciones en corazón y cerebro desde la piel. Otro aparato que confirma estos campos es el magnetoencefalograma MEG. Este último, basado en dispositivos superconductores que hacen mediciones mediante interferencia cuántica (Squids: Superconductive Interference Quantic Device), detectan y miden los sutiles cambios que pensamientos y sensaciones producen en el campo magnético cerebral.

RAYAR DIBUJANDO LOS ATRACTORES DEL CEREBRO

En la noche, después de ver un arroyo preocupado por ver demasiados tics (G) en el rostro de mi hijo, lo puse a hacer rayas en un papel para que tratara de sentir (SPG) esa energía, ese atractor (SP) que lo inducía a hacer esas muecas (G). Buscaba que al rayar (G) pasara esas fuerzas (SP) a su mano. Dibujó espirales al ritmo que movía (G) sus labios sus cejas y su nariz hasta que fue logrando hacerse consciente (SPG) de ese campo que lo perturbaba. Noté que sus tics eran un «remolino», un bucle pulsante, un atractor (SP que desaparecía cuando lo absorbía el «remolino» de su mano (G). Rayar era otro bucle pulsante en la mano que absorbía esa fuerza. Pensé que en él y en todos nosotros hay dos remolinos gemelos como los que descubrimos en el arroyo, uno era su remolino de energía consciente asumida y bien respirada (SPG), sus muecas normales y armónicas (su yo consciente) y el otro era el remolino de sus tics, su no yo (formado por el super yo y el ello instintivo en los términos del psicoanálisis).

A éste no yo, en la Sensoterapia no se le racionaliza, ni se le pone nombres, simplemente se le maneja como el remolino de la energía (SP) por asumir (G). Ese (SP) es el campo áureo no alcanzado aún, los cuencos atractores que nos halan a actuar (G) pensar o ser de una determinada manera. Esos remolinos probables que nos atraen a caer en ellos se les llama atractores extraños o cuencos atractores. Son las tendencias (estadísticas) que nos enmarcan son nuestras ondas de probabilidad, los hábitos más comunes, la herencia. Los atractores determinan y son nuestros impulsos, instintos, patrones rítmicos, patrones de acción fijos, campos de resonancia mórfica. En síntesis: Somos un atractor hecho de atractores.

LA LEY DE LOS ESPEJOS. LAS PARTÍCULAS GEMELAS

El bucle tálamo cortical es un remolino con centro en la mitad del cerebro (el tálamo) que se repite en la pelvis con centro en los genitales y en el pecho con centro en el corazón. Así como hay una retroalimentación entre la piel de las caderas y los genitales excitados, hay una reentrada entre la piel del tórax y el corazón y la «piel del cerebro» (la corteza) y su eje central el tálamo. Lo que pase en cada uno de estos remolinos se refleja en los otros.

w_emosi-brain1 EL TÁLAMO CONECTA 2) LAS PARTES DEL CEREBRO Y 1) A ÉSTE CON EL CUERPO

El tálamo está en el centro del cerebro y según Rodolfo Llinás7 (autor del libro I Of the Vórtex) el tálamo es como el eje de una bicicleta, emite sus “radios” hacia la corteza llevando la información que recoge de los sentidos. La piel y los sentidos son media rueda la otra media rueda faltante es la corteza cerebral. Pero ocurre que por cada una de estas fibras que sale del tálamo hacia la corteza hay 10, o a veces 99 que de la corteza regresan al tálamo modulando desde el “ensueño interior” subjetivo esa información que llega del mundo exterior objetivo. Se forma así un bucle tálamo-corteza-tálamo que oscila en los 40 ciclos por segundo de la banda gamma.

Ese bucle rumia el ensueño interno del neocortex y es sobresaltado por las aferencias que entran por el tálamo desde los sentidos. El tálamo, que es el eje de la rueda, conecta entonces 1) el cuerpo con el cerebro y 2) el cerebro entre si. El tálamo, dentro del cerebro, pone en fase la música de dos sistemas neuronales de la siguiente manera: 1) El circuito específico, recoge la información de por ejemplo una manzana y la lleva por el tálamo a los distintos “radios” de la corteza para que ella haga eco en el área visual, auditiva, olfativa, mientras 2) el circuito inespecífico tálamo – cortical es un bucle que hace un barrido rostrocaudal, en forma de parabrisas, que lee cada 25 ms todos los radios corticales, generando “la película de la realidad” cuando compara de que manera cambia esa manzana en los distintos radios de la corteza, de un cuadro a otro, pasando 40 cuadros por segundo. Un cuadro del t2 lo compara en su variación con el cuadro que le precedió en t1.

EL CEREBRO DE ARRIBA Y EL DE ABAJO

El cerebro es una gran espiral superior pero tiene su imagen en espejo inferior, un remolino gemelo en la espiral pélvica. Si pensamos que la piel pélvica es la corteza (la rueda de una bicicleta) y los genitales son el tálamo (el eje) existe una radiación desde el eje a la periferia y nuevamente al centro que permite la excitación el fluir de campos (S) pulsaciónes y erecciones (P) y tensiones musculares (G) del centro a al periferia y nuevamente al centro. En la excitación sexual, los genitales son un remolino inferior en el que mientras más se agudizan las corrientes eléctricas de su vértice (tonos agudos), más ancha, más inclusiva, se hace la boca de ese remolino, sentida como tensión pélvica creciente o un mayor tramo de piel sensibilizado, mayor coherencia local de la sangre (tonos bajos) es decir, mayor erección y viceversa a mayor erección (bajos) más puntuales y eléctricas se hacen las sensaciones del vértice del remolino (agudos). Esta es la LEY DE LOS OPUESTOS y también ocurre en el entrecejo donde se pueden ver unos minúsculos punticos vibrantes y de colores (tonos agudos). Por ley de opuestosPLO mientras más grande se ve el fondo de una espiral, más pequeño se ve el centro.

Nos integran (binding) tres «ruedas de bicicleta»: Una en el cerebro, otra en los genitales y otra en el pecho. Somos conscientes por un bucle entre el tálamo y la corteza, pero el placer es un bucle entre genitales (tálamo) y piel (corteza), la respiración un bucle entre corazón y piel de tórax y El binding entre estos 3 bucles (o ruedas): genital, respiratorio y cerebral es música.

¿ CUANTO DURA UN SENTIR?

No sabemos sentir. Confundimos el sentir con el pensar, deberíamos aprender a decir “siento luego existo” en lugar de caer en el “pienso luego existo”. En una sinfonía y en la vida podemos estar atentos a los tiempos cortos como los del violín o podemos ignorar este hilo “continuo” y sólo atender a las repeticiones que, como los golpes de un tambor, se tardan más en volver. A menudo solo sentimos cuando hay dolor o sólo somos conscientes de nuestro sentir con cada final de un ritual, algunos sólo al final de la vida se enteran de haber vivido. Cuando un ciclo se repite la comparación entre esos dos tiempos nos permite la reflexión. A mayores repeticiones mayor reflexión, mayor consciencia. En el cuerpo un tono bajo o muscular (una Gimnasia) es un ciclo lento que como el del tambor tarda más en repetirse. Los ciclos medios son propios del corazón, del Pulso (P) y los ciclos altos, como los del violín, son propios de las ondas cerebrales. Estos tonos altos se sienten como un escalofrío eléctrico, que llamaremos Senso (S) por ser el responsable de las sensaciones, se detecta con electroencefalogramas (EEG) en la piel de la cabeza y con electrocardiogramas (ECG) en la piel del pecho y las extremidades.

La energía es música, vibración, ciclos que se repiten, ondas que se agitan en “el mar cerebral”. Esas ondas eléctricas en las neuronas, al igual que las olas del mar o las cuerdas de un piano, también tienen tres tonos básicos: los tonos altos que vibran cerca de 40 ciclos/segundo se les llama la banda de ondas gamma, los tonos medios que vibran a 10 ciclos/segundo se les llama banda de ondas tetha y los tonos bajos 1 ciclo/segundo, se les llama la banda delta. La frecuencia de 1 oscilación/segundo es también el ritmo del corazón y de muchos movimientos voluntarios, es un tiempo (una negra, dos corcheas) para el director de orquesta.

El cerebro de los reptiles despiertos oscila a 1 ciclo/segundo. Sentir es resonar. Somos ondas hechas de ondas. Somos ondas cortas galopando sobre largas. Somos energía sintiendo la energía. Esa marea de ondas interfiriendo entre sí (Senso) forman un arco iris de anillos de colores y puntitos posibles de ver al cerrar los ojos o frotarse los párpados. Esos puntitos son electrones que nos hacen zumbar los oídos y corren por la piel en forma de escalofrío. Ese sonido interior que, como el violín marca los tiempos cortos, es la batuta que agita al marcapasos cardíaco (Pulso) y ambos (Senso y Pulso) tensionan los músculos para que ellos, al ejecutar los tiempos largos, sirvan de onda portadora del sentir. La SensoPulsoGimnasia nos hace con-scientes cuando sincronizamos el cerebro (S, tonos altos, tiempos cortos) con el músculo (G, tonos bajos, tiempos largos) a través de los intermedios del corazón (P).

FUENTE: extracto de ideas recogidas en http://www.sensoterapia.com.co



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