MEDICINA CUANTICA

¿Motivación o Inspiración? El Arte del Coaching y la Cuántica

by on Jun.01, 2010, under Cuántica, La Conciencia, La Física, Los Campos Energéticos, Psicología

Encontramos que uno de los principales motores actualmente del Coaching lo proporcionan los pilares en los que se sostiene la física cuántica. Hoy día es extraño que entre los productos que ofrece un coacher, no haya referencia a los principios cuánticos que se adentran de forma integral en la naturaleza humana y escarban en los confines emocionales, mentales y energéticos para explicar nuestras conductas, deseos, bienestar físico, éxitos-fracasos, y toda aquello que reflejamos en nuestro día a día.  Me llamó la atención descubrir que ya hay médicos clásicos –siguen la medicina oficial- que dejan sus carreras para dedicarse al coaching cuántico, no solo entre sus compañeros sino también en el tejido empresarial. El siguiente artículo está firmado por Oscar Durán Yates y María Manzano, Coachers, y nos confronta con la duda sobre si nos dejamos llevar por el miedo o por la elección consciente: la física cuántica aplicada al coaching para disolver los condicionamientos interiores que dificultan vivir una vida plena hoy obsoleta para avanzar de la mano con los retos actuales.

El ser humano es consciencia expresada a través de un sistema llamado mente-cuerpo y este sistema está formado por energía-materia que son dos aspectos indivisibles de una misma entidad. Y la consciencia se define y configura como el punto de vista de un observador.

Cuando hablamos de la mente no es a tu cualidad racional a la que nos referimos, que es solo una pequeña funcionalidad dentro de ti. La mente es tu aspecto intangible que es energía y que genera el movimiento que realizas a través de tu cuerpo. La mente es un campo de vibraciones con la capacidad de sintonizar con cualquier frecuencia. Cuando tu mente sintoniza con las frecuencias positivas o negativas de placer o dolor a través de los sentidos corporales aparecen las emociones positivas o negativas, y con ellas las reacciones emocionales que experimentas.

La percepción

Se llama percepción a la sensación interior producida por la impresión de tus sentidos. Los sentidos de tu cuerpo detectan un rango de frecuencias de vibración, produciendo sensaciones en forma de dolor o placer. Esta funcionalidad se encarga de que retires tu mano
de una placa caliente de vitro cerámica por el dolor que sientes, convirtiéndose esta reacción en la forma de proteger la existencia de tu cuerpo físico.

Si no tuvieras este sistema de protección sería difícil conservar la integridad de tu cuerpo y tu experiencia en la vida estaría más restringida. El dolor, pues, está asociado con peligro y todo lo que no sea dolor, por el contrario, con tu seguridad. Este simple programa instintivo es el generador de todas las emociones positivas y negativas que generas al interactuar con cualquier persona o situación. Cuanto más intenso sea el estímulo de dolor a través de tu percepción, mayor es tu sensación de peligro y más exagerada tu reacción de huir de esa experiencia. Tus evaluaciones sensoriales quedan registradas en tu memoria y de forma automática queda programado huir, alejarte o evitar futuras experiencias negativas similares.

Pero hay una peculiaridad muy interesante, y es que lo que a unas personas les da placer a otras esa misma experiencia les puede causar dolor. Y del mismo modo la intensidad de ambos depende de cada observador que interactúa. Es significativo que en los hospitales cuando van a suministrarle morfina a un paciente le piden que indique su percepción de dolor marcándola en una escala que le muestran del 0 al 10, y de acuerdo a la percepción que indica el paciente le suministran la dosis adecuada para él. Parece que el dolor y el placer fueran lo mismo, algo indivisible, y que el observador, a través de sus sentidos, lo convierte, con su interpretación, en algo positivo o negativo según la sensación que le produce.

La acumulación de registros positivos y negativos en tu memoria predispone tus elecciones como observador. Tus elecciones son decisiones de acciones que ejecutas. Y las acciones son las experiencias que dan forma al resultado que manifiestas en tu vida. Tus acciones, decisiones y elecciones, en última instancia, están condicionadas por tu percepción.

El miedo

El miedo, junto a la culpabilidad, son las emociones principales responsables de la aparición de la mayoría de las reacciones emocionales que eres capaz de crear. Ambas son la fuente inconsciente principal desde la cual tomas muchas de las elecciones importantes en tu vida. El dolor y el placer, el perjuicio y el beneficio o lo bueno y lo malo, aunque parecen dos experiencias distintas, aparecen siempre juntas de la mano y son, en cualquier caso, el resultado de la evaluación que como observador proyectas sobre el aspecto de la experiencia donde pones tu atención.

El miedo es la presuposición de que en un futuro cercano o lejano vas a experimentar mayor cantidad de dolor o perjuicio o de que vas a tener más aspectos negativos en tu vida. Cuando mantienes esta percepción como la sensación interior principal, la fuerza que te motiva para actuar es la búsqueda permanente de seguridad en múltiples formas: buscas un trabajo, estudias una carrera, compras una casa, montas una empresa, o te haces autónomo movido por la continua sensación de peligro y motivado para sentirte seguro.

Cualquier resultado obtenido en tu vida es un reflejo de tus sensaciones interiores almacenadas, que actúan como filtro que selecciona experiencias, personas o situaciones. Motivado por la carencia de seguridad creas tu vida a imagen y semejanza de la percepción que tienes de ti mismo, de tu entorno y de tus recursos. Como tu memoria conserva todas tus evaluaciones sensoriales, aquellas elecciones que no recuerdas configuran tu inconsciente. Este proceso se realiza de forma automática a velocidades muy altas por lo que es imposible que seas consciente de la cantidad de información simultánea que tu sistema cuerpo-mente procesa. Aunque no recuerdes tus elecciones y decisiones que te movieron a actuar, siguen influyendo en tu presente y creando tu próximo destino. Tu experiencia vital se resume en dos opciones con un punto en común: creas tu vida con mayor o menor consciencia de quien eres tú.

“La mente es un campo de vibraciones con la capacidad de sintonizar con cualquier frecuencia”

¿Quién eres tú?

La primera ley de la termodinámica o de la conservación de la energía dice que “la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma”. Este mismo principio es el principio de conservación de la consciencia o del ser. Hay una parte de ti que no se crea ni se destruye, solo es. Y esa parte no es tu cuerpo y ni siquiera tu mente, sino tu psique, que en griego significa alma. Energía, fuerza o espíritu son sinónimos y se refieren a la misma entidad.

La energía es el gran misterio para nuestros científicos. Es algo que no se puede estudiar salvo por los efectos que tiene en la materia en movimiento.

Una de las características de la energía es su propiedad electro-magnética, es decir, que en sí misma es eléctrica y magnética. El electromagnetismo es una fuerza de atracción y repulsión, y la electricidad es una fuerza que impulsa.

La luz es energía y su partícula asociada se conoce con el nombre de fotón. Un fotón no tiene masa, ni carga y no ocupa espacio ni tiempo, es intangible, no se puede tocar ni ponderar pero es algo que existe. En el momento que consigues medir un fotón con un electrón u otro dispositivo, se puede transformar en un positrón y un electrón, que son algo tangible, medible, con masa y carga y que ocupan espacio y tiempo.

Estas partículas y sus correspondientes antipartículas subatómicas, en el momento de aparecer se repelen en sentidos opuestos y una asciende girando sobre sí misma y se la etiqueta como positrón con carga positiva, y la otra, que hace lo mismo pero en sentido descendente, se le llama electrón con carga negativa. Pero la gran sorpresa que los físicos cuánticos se llevaron al realizar medidas precisas es que estas dos formas de materia muy pequeña aun separadas en la distancia siguen actuando como si fueran dos aspectos de una misma entidad: si aplicas una fuerza sobre el positrón que revierta su dirección de giro hasta hacerlo girar en sentido descendente, en el instante que lo consigues, la otra partícula instantáneamente empieza a girar en sentido ascendente. A este fenómeno se le conoce como entrelazamiento cuántico o fantasma a distancia.

Todo lo que conocemos en el Universo, hasta donde las investigaciones de nuestros científicos han llegado, está formado de estas unidades subatómicas o de variantes de ellas que se diferencian por sus masas y cargas eléctricas. Esto quiere decir que todo lo que vemos es un reflejo de sí mismo con apariencia y formas diferentes. Un electrón o un positrón en estado libre, es decir, una partícula cargada positiva o negativamente, al moverse por el espacio con su carga eléctrica genera a su alrededor un campo magnético que modifica el comportamiento de las cargas cercanas. Determinadas propiedades hacen que las cargas positivas y neutras se agrupen y alrededor de ellas queden atrapados una nube de electrones y formen los átomos.

Este sistema (átomo), en una escala superior y siguiendo ciertas leyes, se agrupa con sistemas similares y dan lugar a las moléculas, que agrupadas forman las células, y éstas dan lugar a los tejidos, los tejidos a los órganos y éstos a los sistemas, respiratorio, cardiovascular, etc; y todo funcionando conjuntamente forman lo que es tu cuerpo físico. Tu cuerpo es un sistema perfectamente organizado que tiene la propiedad electromagnética en cada uno de los niveles descritos. El otro aspecto de ti es tu mente que junto a tu cuerpo configuran un sistema aún más complejo con la misma propiedad electromagnética que la luz. El proceso de percepción descrito anteriormente es la forma que tienes de alterar con mayor o menor consciencia tu electromagnetismo, es decir, tu fuerza impulsora y tu fuerza de atracción y repulsión.

Cuando evalúas como observador las experiencias de interacción con lo “observado” modificas tu electromagnetismo de forma directamente proporcional a la sensación de dolor o placer que hayas sentido y tu comportamiento es similar al que se observa al evaluar a un fotón: cuanto más positiva es tu evaluación sobre una persona o situación, más extrema es la emoción positiva que generas, y mayor la sensación interior que experimentas de elevarte o ascender. Cuanto mayor sea tu dolor, mayor la fuerza de repulsión que aparece, y más extrema tu emoción negativa, con lo cual la sensación interior resultante es descendente y de caída.

La motivación

En cualquiera de las situaciones descritas te conviertes en un sistema cargado de carga positiva o negativa que se mueve siguiendo una trayectoria determinada por la carga dominante.

Te conviertes en una persona motivada para hacer o no hacer algo. Es imposible que no te estés moviendo en alguna dirección o hacia un destino en tu vida. Las acciones u omisiones que emprendes están, en cada momento, motivadas por tu sensación interior e inevitablemente cualquiera de las dos opciones te lleva hacia la próxima experiencia que vas a vivir.

Hay una parte de ti que no se crea ni se destruye, solo es. Y esa parte es tu psique, que en griego significa alma

Entendido de esta forma, incluso si te mueves en una dirección de comportamiento suicida estás motivado para tomar esa dirección. Y con independencia de que te des o no te des cuenta estás creando lo que vives. Si entendemos la motivación como el estado en el que alguien tiene un motivo para moverse en una dirección, la desmotivación no existe y se convierte en la excusa perfecta para culpar a otros de lo que tú no haces.

Cuando un jefe de equipo o empresario dice “mi gente está desmotivada”, está proyectando su frustración de que no hagan lo que él espera de ellos y utiliza la etiqueta “desmotivado” para responsabilizarles por lo que él no está consiguiendo. Es la forma de no hacerse responsable de la parte que en su interior está creando ese resultado fuera de él. Y es también la muestra de que no conoce qué es lo que es más importante para su gente, pues ellos están motivados de forma permanente hacia lo que más les atrae, aunque no coincida con lo que su jefe espera de ellos. Del mismo modo, cuando los colaboradores dicen que están desmotivados, pretenden que sea la empresa o la dirección la que provoque su motivación, cuando ellos hacen o dejan de hacer en función de sus propios motivos y tampoco se están haciendo responsables de la parte que en su interior está creando ese resultado fuera de ellos.

¿Qué me motivó para llegar a donde estoy?

Tú te mueves hacia donde tienes puesta tu intención, es decir, hacia lo que más te interesa. Tú tienes una escala de valoración de lo que es importante para ti y la creas de lo que percibes que te falta. Tus carencias más grandes se convierten en lo que más valoras en tu vida. Aquello que percibes que más te falta se vuelve más importante. Por ejemplo, si percibes que no tienes salud, se vuelve importante ir al médico, si percibes que te falta conocimiento te pones a estudiar, si percibes que te falta dinero buscas la forma de ganarlo.

Todas las decisiones que tomas persiguen satisfacer tus vacíos o carencias y a cada instante eliges, desde tu percepción, la forma más eficiente de satisfacerte. Antes de cada decisión existe un grupo amplio de posibilidades y cuando eliges las más conveniente te encaminas por esa dirección. Existe un fenómeno muy interesante en el mundo subatómico a este respecto: un electrón tiene la propiedad de poder estar en catorce posiciones físicas distintas
al mismo tiempo, pero en el preciso momento que eliges (evalúas, mides) una de esas catorce posiciones, las otras trece posibilidades desaparecen y se materializan en la que has elegido.

Tú eliges continuamente la forma de llenar tus carencias o vacíos proveyéndote de lo que percibes que más te falta porque satisfacerte es lo más importante para ti. Y eliges tus actitudes que se convierten en las acciones o reacciones más o menos automáticas, según apoyen o desafíen tus intereses. De esta forma, seas o no consciente, creas lo que es real para ti, y ese resultado es tu realidad.

“Lo que es importante para mí”

La mayoría de las personas en nuestra sociedad valora la motivación o el hecho de estar motivado como si fuese la panacea del éxito en cualquier área de la vida. Pero pocas personas se dan cuenta de que su verdadera escala de valores les mueve, y de que aquello que está en primera posición en su escala lo hacen sin necesitar motivación alguna. La motivación solo la necesitan para hacer aquello que menos les importa y que por lo tanto, ocupa las últimas posiciones en su valoración.

El problema básico de la desgana en el mundo laboral y en la vida personal es que una gran mayoría vive su vida intentando ser quien no es y ha inyectado en su interior valores ajenos a los suyos propios, bien sea de alguien o de la sociedad, porque están “condicionados” por su percepción de inseguridad y por el miedo: miedo a un supuesto fracaso si se dedican a lo que realmente les llena, miedo a no ganar suficiente dinero, a no ser capaz, a no tener los conocimientos, a fallarle a su familia, a romper las normas sociales, etc.

La principal causa de tu sensación de confusión proviene del conflicto de haber renunciado a tus sueños por no hacer frente a tus miedos e inseguridades a cambio de sentirte a salvo y seguro.

El precio de enterrar tus sueños es la frustración y el experimentar tu vida desde los puntos de vista de “tengo que”, “debo de”, “necesito tal, necesito a, necesito de”. Tus miedos tapan tus sueños por lo que, si es importante para ti descubrir tus sueños, es inevitable que afrontes lo que más temes.

Quienes se sienten desmotivados o desganados son aquéllos que no se están dando cuenta de que las decisiones que están tomando están creando su vida y que, por el contrario, están culpando a otros o a sí mismos de lo que hicieron o no hicieron. Son personas que viven en la sensación de víctima de las circunstancias o víctimas de otros.

“Si es importante para ti descubrir tus sueños, es inevitable que afrontes lo que más temes”

Ésa fue su elección principal en el pasado y la que les condiciona en su presente porque no se han preguntado ¿qué me está moviendo a mí?, ¿hacia dónde me están llevando mis decisiones?, ¿es esto lo que deseo? Hacerse estas preguntas es un cambio de perspectiva y, para cambiar lo que se tiene, es imposible transformarlo sin cambiar la perspectiva y el punto de vista de uno mismo.

Pero, yo elegí equivocadamente….

Tu vida no te la hace nadie, sino que la haces tú mismo. Tu trayectoria vital está caracterizada por tu libertad de elegir, y esta libertad abarca hasta las actitudes que decides para hacer frente en cada instante que vives. Ser consciente de las elecciones que crean tu realidad te hace sentir tu potencial creador en lugar de sentirte víctima de ti mismo o de otros. Si reconoces las elecciones tomadas automáticamente descubres que puedes tomar otras decisiones en el momento que quieras, y esto te convierte en el protagonista de tu vida.

Sentir que cometiste errores en tu vida es la forma más refinada de inyectar valores ajenos en los tuyos propios porque si a cada paso que diste estuviste dándote lo que más falta te hacía, incluso si percibías que necesitabas el reconocimiento de alguien, actuaste siguiendo tu percepción de lo que más te faltaba. Fuiste libre en elegir lo que elegiste. Y darte cuenta de esa libertad te hace comprender, instantáneamente, que en tu decisión estaba escondida la forma más adecuada para aprender la lección que más falta te hacía aprender en tu vida.

Las personas o situaciones que atrajiste a tu vida usando tu sistema electromagnético cargado son simplemente personas o situaciones neutras, sin carga, ni masa, igual que un fotón; es decir, que tienen aspectos positivos y negativos y por eso son plenas, indivisibles cuánticas. Esas personas o situaciones las convertiste en negativas o positivas porque al evaluarlas comparabas lo que sucedió, lo que hicieron o no hicieron, con una fantasía de lo que se supone que tenía que haber sido. Y como no fue como esperabas, y has dejado tu atención en el aspecto que te desilusionó, aún te sigue condicionando. Pero esa vivencia tiene otro aspecto que estás negando: sea como fuere, cualquier experiencia aporta el valor de la lección que puedes extraer de ella, con lo cual, si aprendes la lección, ¿dónde está el error que cometiste? Y si no la aprendes, no te preocupes, tendrás otra oportunidad próximamente porque atraerás una experiencia similar en cualquier momento.

¿No es a través de la repetición una forma de aprender? La máxima libertad no puede estar sino de la mano de la máxima esclavitud, y para lo que no eres libre es para saltarte las leyes que rigen la inteligencia natural del Universo. Estás condenado a repetir una y otra vez la misma experiencia hasta que aprendas la lección que viene con ella. Si todavía no has entendido por qué atraes determinados tipos de jefes, determinados perfiles de compañeros de trabajo, de amigos o de parejas, y te sigue sorprendiendo cuán diferentes parecen comparados con los anteriores, pero tarde o temprano, la historia tiene el mismo final, entonces pregúntate: ¿son ellos o soy yo? Aquello de lo que huyas, inevitablemente, te encuentra.

Sabemos que el coaching es una herramienta que te ayuda a transformar tu perspectiva y punto de vista como observador, y ello transforma las acciones que produces y que atraes.
No sólo tienes la perspectiva del miedo a lo que puede pasar, también está la perspectiva de lo que está pasando, que son percepciones del ahora, no solo fantasías de lo que puede pasar y temes. Y también está la perspectiva de lo que deseas que pase, que son pensamientos o energía intangible, que también moviliza, atrayendo acciones deseadas y no temidas, y, en última instancia, los pensamientos de hoy son la semilla del futuro que construyes.

Tú tienes algo para dar

Tú sabes lo que deseas en la vida. Ese “no sé” que te repites es solo una expresión de tus miedos escondidos.

Cuando en un proceso de coaching una persona expresa esa sensación, los coaches reconocemos que el coachee la vive como cierta, pero sabemos que no es verdadera, porque al respondernos ciertas preguntas su auténtica verdad aflora y la persona la reconoce.

Tú tienes algo para dar, no en vano la palabra profesión en griego significa “llamado del interior”. ¿Cuál es tu llamado del interior? ¿Qué tienes en tu interior para dar a otros? Cada ser humano tiene un llamado y una voz interior que le habla. Tu voz interior está ahí; y para escucharla solo se requiere poner tu intención y tu atención, como cuando escuchas a alguien que te habla. Pero si has decidido poner la atención en los impulsos de tus miedos y estás distraído, el resultado es preocuparte para salvarte del peligro.

“Ser consciente de las elecciones que crean tu realidad te hace sentir tu potencial creador en
lugar de sentirte víctima de ti mismo o de otros”

Las preguntas son una forma poderosa de encontrar claridad, porque son como fotones, que iluminan, pues llevan implícitamente la luz. El efecto fotoeléctrico es un fenómeno interesante que explica la emisión de electrones de un material utilizando fotones. El efecto de liberación de cargas solo se produce cuando el fotón proyectado sobre el material tiene la misma frecuencia característica del material; por debajo o por encima de esa frecuencia los fotones no liberan ninguna carga negativa. Cualquier pregunta que te haces es energía proyectada (fotones lanzados) a tu sistema cuerpo-mente, y solo las preguntas adecuadas tienen el efecto equivalente que libera tus cargas emocionales condicionantes.

El coaching acompañado de preguntas extraídas de la física cuántica aplicadas a la consciencia transforman el sistema mente-cuerpo del observador de forma prácticamente instantánea. Esta liberación cambia la percepción que el observador tiene de él mismo, de sus recursos y de su entorno, y transforma la perspectiva y el filtro con el que observa el medio con el que interactúa.

¿Y la inspiración…? ¿Dónde está?

La inspiración está dentro de ti en cada instante, es la fuerza que te impulsa desde tu interior. En el nivel físico se encuentra en cada respiración al inspirar y expulsar el aire de tus pulmones; sin ello no podrías conservar tu forma física más de unos minutos. Sí, es muy obvio, pero por eso se olvida. La vida no es algo que está fuera de ti, mírate las manos que sujetan esta revista, tienen células, tejidos. ¡Están en movimiento, están vivas! Cada inspiración que das las alimenta, y cada expiración permite una nueva inspiración. La vida no es algo que está fuera de ti, porque tú eres la vida.

La inspiración también está dentro de ti en tu aspecto intangible, ahí se llama amor. Es lo mismo. Sí, has leído bien: Amor, la energía que atrae y repele. Si todo lo que has hecho, y seguirás haciendo, ha sido satisfacerte a través de lo que ha sido más importante para ti, dándote lo que más te hacía falta, ¿no es esa la única forma de ofrecerte a ti lo mejor de ti en cada momento? Si las vivencias que creaste, con más o menos consciencia, o con más o menos dolor, te dieron el conocimiento de lo que hoy sabes, ¿no es esto también tu amor expresado hacia ti?

Amor es la energía electromagnética (atracción-repulsión) que irradia del sol y llega a ti cada día en forma de fotones, sin evaluarte por lo que has hecho o dejado de hacer, sin importar el nombre que llevas, da igual si te llamas Teresa de Calcuta o Bin Laden, pues esa luz llega a todos en la misma proporción. Eso se llama Amor.

Ese es el amor que hay en tu interior porque estás hecho, literalmente, de esa misma energía; ésa es tu esencia y la esencia de todo lo que percibes: la materia son fotones transformados en electrones y positrones organizados de formas distintas.

¿Trabajo para mí o trabajo para otros?

¿A qué te gustaría dedicarte si supieras que hagas lo que hagas no fracasarías? En cualquier trabajo, profesión, oficio vas a encontrar aspectos que no te gustan y aspectos que te gustan, momentos de ánimo y desanimo, en fin, se llama dolor y placer, natural de la vida. Entonces, ¿por qué no basas tus decisiones en lo que realmente te va aportar más plenitud? Es cierto que hay crisis, pero no es verdad que faltan oportunidades.

Crisis también significa: lo que tengo ya no vale, deseo algo nuevo. O también: ¡toma más miedo! A ver qué haces, porque ¡lo que haces hasta ahora ya no te sirve! Trabaja para ti aunque trabajes para otro. Ama lo que haces. Solo lo consigues si dejas de trabajar para sobrevivir.

Y no tiene nada que ver con el trabajo que desempeñas sino con la percepción que tienes del trabajo donde estás. Despierta tu creatividad, tu proyecto de vida, diséñala y trabaja para construir esa vida que sueñas.

Despiértate cada mañana para poner un ladrillo más a ese sueño o para definir un poquito más lo que deseas. La vida que te inspira es la vida que sale de dentro de ti, y la creas con cada paso. Es la vida que sale de lo que más amas hacer, de lo que aprecias vivir y experimentar, sin preocuparte del dolor que conlleva. Es la vida que estás dispuesto a pagar sin que te importe el precio. Lleva amor a tu trabajo. Y si eres empresario, además, pon amor en tu empresa. Inspírate con lo que amas.

Credenciales:

Oscar Durán-Yates es coach personal y profesional de coachcuantico.com.

María Manzano es coach ejecutivo y coach profesional certificada por la ICF y por AECOP. Profesora de RR HH y Comunicación en la Universidad Europea de Madrid.

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