MEDICINA CUANTICA

La Sincronicidad Desde Siempre

by on Mar.14, 2011, under Cuántica, Los Campos Energéticos, Sincronicidad

La sincronicidad es uno de los temas que más interesan a los lectores de medicina cuántica. Son muchas las solicitudes o entradas inciales al blog buscando referencias sobre este fenómeno que por otro lado estamos ligeramente empezando a entender. Mucha gente está convencida de que las casualidades no existen y giran hacia la sincronicidad con el fin de obtener un mayor conocimiento sobre las llamadas coincidencias. El siguiente artículo está firmado por el ingeniero argentino Raúl Jurovietzky en una Conferencia que pronunció en la Bolsa de Comercio de la Ciudad de Buenos Aires. Combina la sincronicidad con la mecánica cuántica y con el I Ching, que es uno de los libros más antiguos de la historia; los textos datan del 1,200 A.C. y forman parte de los cinco clásicos Confucianos.

Una vez asumimos que la materia no existe y que además todo está entrelazado a nivel subatómico no es tan dificil poder explicar mediante la lógica el mecanismo de la sincronicidad. Bajo los dictados de la física clásica, ha de haber localidad para que las partículas se afecten pero la cuántica es no local y por tanto dos pensamientos no tienen porque ser compartidos físicamente, verbalizados, para que se crucen en el vacío y encuentren su significado instantáneo en la mente de dos personas. Encuentro perfectamente normal que esto ocurra una vez uno acepta las principios cuánticos. Alguno puede objetar que lo cuántico se limita al mundo subatómico pero los pensamientos no tienen materialidad, es decir no son físicos y por tanto la física clásica no sería aceptable para describir fenómenos mentales.

Por otro lado, aunque carezco de un conocimiento profundo sobre el I Ching si que tengo buenos amigos que confían ciegamente en esta práctica. El I Ching es un interfaz que utilizado de modo correcto nuestra a la persona suu estado interior. Se cree que describe la situación presente de quien lo consulta y predice el modo en que se resolverá en el futuro si se adopta ante ella la posición correcta. Es un libro adivinatorio y también un libro moral, a la vez que por su estructura y simbología es un libro filosófico y cosmogónico. La filosofía del I Ching supone un universo regido por el principio del cambio y la relación dialéctica entre los opuestos. Los cambios se suceden de manera cíclica, como las estaciones del año, lo cual muestra claramente el concepto taoísta del yin y yang.  En su aspecto cosmogónico, el I Ching describe un universo en el que la energía creadora proviene del cielo, en tanto la tierra es receptora y fecundadora de esa energía primaria.  En cierto modo el I Ching considera el cambio como la única realidad existente, el ser. En Occidente se identifica el ser con aquello que mantiene unidas la forma (principio inmaterial) y la materia (principio material) y le da la virtud formal a la forma. Para el I Ching, la materia es sólo una manifestación pasajera de un principio más profundo.  

«I Ching y Sincronicidad he aquí dos términos indisolublemente unidos.

¿Por qué lo están?

Porque la sincronicidad nos habla de las bases psíquicas y físicas del funcionamiento oracular y de los aspectos sapienciales del Libro de las Mutaciones.

1) – ¿Qué es la Sincronicidad?

1.1 – Ubicación epistemológica

Bajo esta denominación – sincronicidad – estamos hablando de un principio metodológico, de un postulado de los que en la ciencia orientan la investigación sin pretender explicar leyes. …Su nivel categorial es idéntico al del principio de causalidad y ambos son opuestos complementarios. Para acceder a una descripción completa de la realidad es necesaria la aplicación de ambos principios.

El Dr. Carlos Gustavo Jung – el eminente psiquiatra y psicólogo suizo, creador del campo de la Psicología Analítica – fue quien acuñó este término (sincronicidad) y lo hizo público en el año 1930. También desarrolló las principales investigaciones en torno al tema y las dio a conocer en el año 1952 [1].

1.2 – Expresión del pensamiento basado sobre el principio de Sincronicidad

Expresaba Jung en 1930:

“… El pensamiento que se edifica sobre el principio de sincronicidad, y que alcanza su máxima cima en el I Ching, es en suma la expresión más pura del pensamiento chino. Entre nosotros ese pensamiento desapareció de la historia de la filosofía desde Heráclito, hasta que percibimos con Leibniz, un lejano eco. Pero no estuvo extinguido durante el intervalo, sino que pervivió en la penumbra de la especulación astrológica y, todavía hoy permanece en ese nivel.

Toca aquí el I Ching algo que entre nosotros necesita desarrollo…” [2].

1.3 – Historia del “hacedor de lluvia chino”

Existe una anécdota que “toca”, en términos de la cosmovisión oriental, aquello que al decir de Jung “entre nosotros necesita desarrollo”. Es una deliciosa y esclarecedora historia que Richard Wilhelm relatara a su amigo Jung, conocida como la historia del “hacedor de lluvia chino” de Kiao Tchou: [3]

“Había una gran sequía en el territorio en el cual se hallaba Richard Wilhelm; desde hacía varios meses no caía una gota de lluvia y la situación se hizo catastrófica. Los católicos hicieron procesiones, los protestantes elevaron sus plegarias, y los chinos quemaron incienso y dispararon sus fusiles para espantar a los demonios de la sequía.

Finalmente los chinos se dijeron: Debemos buscar al hacedor de lluvia, y aquel vino de una de las provincias. Era un hombre anciano y magro. Dijo que la única cosa que necesitaba era que pusiesen a su disposición una pequeña casa tranquila, en ella se encerró durante tres días. Al cuarto día las nubes se amontonaron y se produjo una fuerte caída de nieve, en una época del año donde ello no era previsible y en cantidad no habitual.

Tantos rumores circulaban respecto a este extraordinario hacedor de lluvia que Wilhelm fue a verlo y le preguntó como lo había hecho.
El pequeño chino le respondió:

Yo no hice la nieve, no soy responsable de ello.

Pero ¿qué ha hecho usted durante estos tres días?

Oh, eso puedo explicárselo, es simple. Vengo de un país donde las cosas son lo que ellas deben ser.

Aquí las cosas no están en el orden, no son como deberían ser según el orden celeste, entonces todo el país está fuera de Tao. Yo dejé de estar en el orden natural de las cosas, porque el país no lo estaba. Así la única cosa que tenía que hacer era aguardar tres días hasta que me volví a encontrar en Tao, y entonces, naturalmente, el Tao hizo la nieve.”

Son muchas las ideas que surgen a partir de la historia anterior y con relación al tema que nos ocupa, algunas de ellas serán mencionadas en el desarrollo del presente trabajo.

1.4 – Modificación de la lógica tradicional en Occidente

Se produce a partir de las primeras décadas de nuestro siglo con relación a los posibles vínculos entre sucesos.

La lógica tradicional – adoptada por el campo científico – presuponía que las conexiones entre sucesos eran en su inmensa mayoría de tipo causal (en sus diversas variantes) y sólo existía un residuo, molesto por cierto, de conexiones atribuibles a lo casual, a lo denominado residuo aleatorio. Sólo era cuestión de investigar en éste para reducirlo, hallando “variables ocultas” que ampliarían el campo de lo causal.

Es la ciencia física con sus investigaciones en el campo de las micropartículas, del mundo subatómico, la que lleva en primer lugar a modificar dicha lógica. En el año 1922, uno de los científicos que poco tiempo después protagonizaría los desarrollos de la física cuántica, Erwin Schrödinger – premio Nobel del año 1933 – pronuncia una famosa conferencia en la Universidad de Zürich cuyo tema era: “¿Qué es una ley de la Naturaleza?” [4].

En ella cuestiona la aplicabilidad universal del postulado causal. Lo hace indicando que este corresponde a observaciones de regularidades, realizadas a través de los sentidos primero y luego prolongadas por los instrumentos de medición. Estas observaciones a lo largo de milenios confirmatorios han creado ese convencimiento de universalidad. Sin embargo la ciencia desde el siglo pasado ha establecido fehacientemente que en la mayoría de los fenómenos naturales el azar es la raíz de esa regularidad. Dichas regularidades son pues promedios a través de los cuales se obtienen las leyes dinámicas, y estos promedios están tomados sobre gran cantidad de entes individuales – muchos miles de millones. Cada uno de estos entes se comporta en forma no descriptible mediante regularidades.

Debido a ello resultaría un círculo vicioso el extrapolar que detrás de las regularidades estadísticas deban haber leyes absolutamente causales.

De este modo se levanta un punto de vista nuevo y acausal en el marco de la ciencia de Occidente.

A este mismo punto de vista se llega desde el campo de la psicología a través de la extensa empiria recogida por Jung y sus discípulos, empiria a la que contribuyeron las investigaciones en torno al fundamento del funcionamiento del I Ching y que precisamente condujeran a la formulación del principio de sincronicidad.

No fue obra del azar el trabajo conjunto al respecto de Jung con el premio Nobel de física de 1945, Wolfgang Pauli.

A partir de estos dos campos: la física cuántica y la psicología analítica, que fueran los iniciadores, se han ido agregando en las últimas décadas las posiciones de representantes destacados de otras ramas de la ciencia, entre ellas la astrofísica, la biología, la neurofisiología y la filosofía [5], abriéndose así un espacio cada vez mayor para la coincidencia sobre un nuevo paradigma en la ciencia, paradigma holístico en curso de desarrollo.

1.5 – Coincidencias Significativas

¿En qué consiste el fenómeno sincronístico?

Se trata de Coincidencias Significativas de sucesos entre los cuales ha quedado descartado el vínculo causal.

Por ejemplo en el relato del “hacedor de lluvia”, la relación que se establece entre el medio externo a él, el territorio que está fuera del orden, fuera de Tao y su estado interior que deja de estar por consiguiente en el orden natural, y la contrapartida del regreso al Tao en su mundo interior luego de tres días y el estado externo del país, en el que por consiguiente las cosas vuelven al orden, son un ejemplo claro de imposibilidad del vínculo causal y de significatividad de la coincidencia.

Esto que en China y en general en Oriente es aceptado con naturalidad, entre nosotros produce un fuerte impacto que se conoce con el nombre de “numinosidad”.

La sincronicidad, en cuya ‘producción’ interviene como elemento catalizador el grupo arquetipal ‘excitado’ (constelizado) nos permite captar una unidad cósmica que se halla por detrás de la aparente dualidad establecida por el sector consciente de la psique, a dicha unidad se la denomina “Unus Mundus”, término tomado de los alquimistas medievales.

Para la consciencia todo ello aparece como un fenómeno ‘transgresivo’.

 

1.6 – El problema interpretativo en la sincronicidad

En el hecho sincronístico es esencial la interpretación adecuada del mismo. Al respecto citaremos un ejemplo que se encuentra en los antiguos anales del período T’ang en China y es relatado por Marie Louise von Franz [6]:

“Luego de un terremoto quedó formado un nuevo lago y en su centro surgió una montaña. La mujer del Emperador llamada Wu Tse t’ien, dijo que era un signo de suerte y llamó a la montaña, “Montaña de la Suerte”. Pero un ciudadano de la capital le escribió una carta diciendo:

“Su servidor ha aprendido que frío y calor se perturban cuando la respiración de lo Celestial y lo humano no están en armonía, y que colinas y montañas surgen cuando la respiración de la tierra es perturbada.

Su majestad como mujer toma el rol del principio masculino Yang sobre el trono… .Esto significa intercambiar lo fuerte por lo débil… . Su majestad debería practicar penitencia y temor para contestar a la admonición de los cielos. De otra manera temo que haya mala fortuna”.

La Emperatriz se puso furiosa y desterró al pobre y sincero ciudadano de la corte.

Su interpretación de “montaña de la suerte” era puramente arbitraria. El ciudadano por el contrario usó las asociaciones arquetipales clásicas de los chinos:

Ken – la montaña – es masculino y Tui – el lago – es femenino, como sabemos por el I Ching.

La Emperatriz poseída por el ánimus estaba sobrepasando a su débil marido y los eventos exteriores eran una coincidencia significativa. Esta coincidencia no tenía conexión causal posible: El volcán no surgió por la actitud equivocada de la Emperatriz (asumir esto sería pensamiento mágico), ni la Emperatriz se conduce de tal manera excedida por causa del volcán.

La conexión de los dos eventos reside puramente en el significado de la coincidencia. En la vieja China se pensaba que todos los sucesos inusuales del Imperio eran reveladores de la situación psicológica en la corte del Emperador.

El ciudadano estaba “en Tao”, para usar el lenguaje Chino, y entonces él vio el verdadero significado del suceso.”

Podemos agregar, como comentario a lo expresado por von Franz, que el lago representa el mundo consciente de la Emperatriz. La montaña que surge desde el fondo del lago, la contrafigura interior masculina, el ánimus arquetipal, que surgirá en forma infantil, arcaica, debido a la falta de trabajo interior de la Emperatriz, poseyendo entonces a la actitud consciente.

El hexagrama 41 – La Merma indica en su imagen que el lago se evapora y sus aguas se ven mermadas en favor de la montaña.

¿Qué resulta de ello?

Un actuar dominado por los impulsos, las pasiones. Por eso el Anciano Sabio indica:

“La ira se yergue alta como una montaña; los impulsos ahogan el corazón como las honduras de un lago”

¿Qué se debe hacer?

Debe dominarse la ira y refrenar los impulsos. En el lenguaje del ciudadano del relato: “Su majestad debería practicar penitencia y temor para contestar a la admonición de los cielos”. Su destierro posterior prueba lo indicado por el Anciano Sabio y justifica la previsión realizada: “De otra manera temo que haya mala fortuna”.

1.7 – Sincronicidad natural – Sincronicidad provocada

Habiendo introducido algunos de los conceptos que hacen al fenómeno de sincronicidad corresponde hacer la distinción entre dos tipos de ocurrencia de la misma.

La mayoría de las coincidencias significativas son de un orden natural, en el que interviene como iniciadora la psique objetiva, el inconsciente colectivo, que también es Naturaleza. En este tipo se manifiesta el proceso de autorregulación psíquica, el papel compensador que juega lo inconsciente respecto a la consciencia.

Existen además de los anteriores, casos en que se trata de provocar las coincidencias significativas que resuelvan una situación que se ha planteado, y en la que existe ‘imposibilidad’ de tomar decisiones por los carriles normales.

Estos casos están relacionados con los procesos mánticos, con la consulta oracular en cualquiera de sus formas.

En particular nos interesa considerar el caso del Libro de las Mutaciones, al que adaptaremos las consideraciones generales formuladas hasta el momento.
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2 – El I Ching como Sincronicidad provocada

2.1 – Caracterización del I Ching. Aspectos Oracular y de Sabiduría

Lo primero que caracteriza al Libro de las Mutaciones, en relación con otras formas de consulta oracular, es que se trata de un antiguo libro de sabiduría. En su confección han intervenido las mentes más lúcidas de China a lo largo de milenios.

Expresa la esencia de los ritmos en la Naturaleza, la Sociedad y el Hombre. Debido a ello su elemento central son los cambios, las mutaciones, que dan también su nombre al texto.

Los dos aspectos: oracular y de sabiduría resultan inseparables.

¿Por qué existe la necesidad de encarar ambos aspectos?

Por el mismo motivo que en otros oráculos. En el templo de Delfos en la antigua Grecia, aquellos que llegaban para consultarlo, antes que penetraran en él, leían en su frontispicio la siguiente inscripción:

“Conócete a ti mismo y conocerás a los demás y a los dioses” El oráculo debe ser interpretado, y la condición para que ello se realice adecuadamente es ese conocerse a uno mismo.

Este conocimiento es el que permite la conexión con los sectores inconscientes de la psique, con el reino del Anciano Sabio que está en nuestro interior, con el universo de los arquetipos, del inconsciente colectivo.

Claro, si nuestra conexión con el mundo interno fuese fluida no necesitaríamos de ningún oráculo, ‘leeríamos’ directamente nuestras constelaciones interiores, en lugar de ‘leerlas’ proyectadas en lo exterior.

Pero para ello se requiere de un largo proceso evolutivo. El hecho es de que se trata de un proceso dinámico que en forma espiralada (“circumambulatio”) conduce hacia un objetivo central, en el que el hombre llegaría a ser una totalidad en sí mismo, lo que todavía nos resulta una meta muy lejana. Desde el punto de vista psicológico a esto se le denomina “Proceso de Individuación”.

¿Cómo avanzamos en la tarea que está en relación con el aspecto sapiencial?

Acercándonos en todas las formas posibles a lo ya mencionado, el conocimiento de uno mismo. En lo específico del tema complementando el aspecto oracular con la captación comprensiva del texto de los hexagramas, fuera del momento de la consulta. Además con la lectura, también comprensiva del Libro segundo – y aquí nos referimos a la versión de editorial Sudamericana con las muy meritorias traducciones del chino al alemán de Richard Wilhelm y del alemán al castellano de D.J.Vogelmann.

Aparte de lo anterior existen una serie de importantes textos que debemos, en la medida de lo posible, ir incorporando a esa tarea de comprensión. Los nombres de algunos de ellos se agregan en la bibliografía adjunta [7].

Por supuesto, debemos remarcar que no se trata de olvidar la praxis oracular por el aspecto sapiencial, ambos aspectos están entrelazados, se refuerzan mutuamente

2.2 – Condiciones adecuadas para la producción del fenómeno de Sincronicidad

En primer lugar debe existir una situación de ‘imposibilidad’.

¿Qué significa ello en este caso?

Que hemos agotado las posibilidades conscientes en torno a un tema que nos preocupa, ya sea éste de orden vivencial o de conocimiento.

No encontramos una vía de acción definida y ello nos mantiene confusos y tensos.

En estas condiciones es que se facilita la constelización arquetipal que mencionáramos con anterioridad.

Al mismo tiempo estamos en una situación análoga a la del “hacedor de lluvia” cuando llega a la comarca que está en desorden y el mismo cae en el desorden, es decir sale de Tao.

En este caso en que buscamos la emergencia de la coincidencia significativa, vamos a apelar a la constelización, entre otros, de lo que se puede denominar como arquetipo del ‘milagro’, pues como tal se aparece a la consciencia la transgresividad pedida, o sea que el resultado de arrojar seis veces las tres monedas o manipular los tallos nos permita ‘leer’ en el exterior una situación física o psíquica actual y aún pronosticar y a veces predecir con exactitud situaciones futuras.

2.3 – Sentido de la ritualización o meditación previas a la consulta y superioridad del método de los tallos frente al de las monedas

En las condiciones anteriormente apuntadas, ¿Qué debemos hacer? ¿Comenzar inmediatamente el procedimiento de consulta?. Este procedimiento, ¿parte del hecho de arrojar las monedas o manipular los tallos?

En Oriente se considera que no, que una buena consulta requiere de un ritual previo.

El motivo esencial del mismo es lograr un grado suficiente de recogimiento interior, pasar de un espacio-tiempo profano, y por ello sujeto a la absolutez de lo consciente, a un espacio tiempo sagrado, y por ello con las condiciones de relativización propias del universo inconsciente. Se trata de realizar el mayor desprendimiento posible de la multiplicidad de ‘hilos’ que nos tironean a partir de lo externo, para lograr la mejor aproximación a nuestra interioridad, al Anciano Sabio del cual provendrán las respuestas esperadas.

Los ojos deben estar cerrados a lo externo para lograr la visión interior, no en vano los videntes de la mitología eran ciegos.
En la historia del ‘hacedor de lluvia’, este le decía a Wilhelm:

“Así la única cosa que tenía que hacer era aguardar tres días hasta que me volvía a encontrar en Tao,…”

Algo análogo nos sucede ante la consulta oracular. Richard Wilhelm en su introducción al texto del I Ching nos dice [8]:

“Se requiere para ello un estado de ánimo claro y tranquilo, receptivo frente a los influjos cósmicos ocultos en los aparentemente insignificantes tallos oraculares que, siendo un producto del mundo vegetal, mantienen relaciones peculiares con la vida originaria.”

Al principio estamos ‘confusos y tensos’ frente al tema y por ello vamos a realizar la consulta oracular, pero para poder realizarla adecuadamente tenemos que tener un estado de ánimo ‘claro y tranquilo’, volver a encontrarnos en Tao. Es evidente que existe la necesidad de efectuar un pasaje de una a otra situación. Con ello la tensión no ha desaparecido, opera en los niveles profundos de la psique, produciendo las constelizaciones arquetipales correspondientes.

Esto que estamos explicitando marca también la superioridad cualitativa del método de los tallos frente al de las monedas.

El método de los tallos lleva a una duración de unos veinticinco minutos frente a los dos minutos del método de las monedas. Constituye así el método de los tallos un elemento del ritual meditativo por el cual se acrecienta el acercamiento de la consciencia a lo inconsciente y la emergencia por ello de la coincidencia significativa.

Como se indica en el hexagrama número uno del I Ching, Lo Creativo:

…(hay un) “poder de la perseverancia en el tiempo, de la duración”

También resulta superior el método de los tallos oraculares frente al de las monedas en el aspecto cuantitativo.

Efectivamente, si se calcula la ley de probabilidades involucrada en ambos métodos se comprueba que en el de las tres monedas tenemos igual disposición al cambio en líneas Yin y en líneas Yang:
..
.Yang móvil / Yin móvil = 1 / 1

Así el Yang es principio de movimiento y el Yin principio de quietud. Se sigue que: el principio del movimiento no puede tener igual tendencia a la movilidad que el principio de quietud y que por lo contrario este último debe hacer “resistencia al cambio”.

 

2.4 – Significatividad, términos y formas del fenómeno de sincronicidad

La sincronicidad en la consulta oracular se ha producido luego que hemos completado la parte aleatoria del método: arrojar las monedas o manipular los tallos.

Ha resultado un cruce de dos cadenas causales, en el que los términos en coincidencia, que pertenecen uno al mundo interior, psíquico, y otro al mundo exterior, físico, son inconmensurables entre sí, es decir el cruce en sí carece de explicación causal, la coincidencia pertenece al campo de la acausalidad.

Se debe ahora verificar la significatividad de dicha coincidencia para que se pueda concluir que se produjo un fenómeno de sincronicidad.

Si obtuvimos un solo hexagrama la verificación es inmediata y por ‘resonancia’ interior con el texto oracular queda establecida la significatividad. Esta puede estar basada en semejanza, identidad o simbolismo.

Si resultaron dos hexagramas, el segundo, expresa la situación futura a la que se llega si se siguen, o se desechan, los consejos del Anciano Sabio, expresados a lo largo del texto y en las líneas móviles del primer hexagrama. Entonces para este segundo hexagrama la verificación no es inmediata a la consulta oracular.

El tiempo hasta completar la verificación es variable según el caso, pudiendo llegar a sobrepasar el año.

En la conferencia que diera en 1930 sobre Richard Wilhem [11], fallecido poco tiempo atrás, Jung decía:

“En ocasión de su primera conferencia sobre el I Ching en el Club Psicológico de Zurich, Wilhelm demostró, a mi pedido, el método para consultar el I Ching, e hizo así un pronóstico que en menos de dos años se cumplió al pié de la letra y con toda la claridad deseable.”

2.5 – Efecto numinoso y productividad vistos a través de una consulta oracular

Expondremos, cerrando el trabajo, una consulta al I Ching en la que se pone de manifiesto el efecto numinoso de la coincidencia significativa.

Se debe remarcar que contestaciones tan puntuales como las del caso que presentamos tienen una frecuencia pequeña dentro de las respuestas a las consultas oraculares. Fue motivada la misma – producida en 1977 – por una lectura, compartida con un amigo de mentalidad muy pragmática, basada en el pensamiento causal occidental.

Se trataba de un artículo titulado “Lincoln y Kennedy: coincidencias extrañas” [12].

El autor hacía mención de una serie de más de 20 coincidencias entre sucesos importantes de la vida de ambos estadistas. El conjunto resultaba realmente impresionante.
Por razones de tiempo expositivo expondré solo una de ellas, dejando las otras para las notas adjuntas al trabajo.

“12 – El secretario de Lincoln que se llamaba Kennedy, le aconsejó insistentemente no ir al teatro donde fue asesinado. La secretaria del presidente Kennedy que se llamaba Lincoln, le aconsejó no ir a Dallas.”

El autor hacía el siguiente comentario respecto a dichas asombrosas coincidencias:

“…ya que esas coincidencias son tan extrañas que podemos preguntarnos si no existe verdaderamente fuera del tiempo y del espacio, y también de nuestro entendimiento limitado, una relación real diferente a la de las coincidencias existentes entre estos dos “affaires”.

Es decir a partir de las coincidencias entre sucesos importantes de la vida de estos dos hombres, ¿no existirá una relación real entre ellos mismos que trascienda las diferencias espacio-temporales, o sea que caiga dentro de lo que designamos como un orden cósmico?.

Frente a todo lo anterior, mi amigo levantó el escepticismo propio de su cosmovisión y expresó de acuerdo a la lógica implicada en ella: “Se trata de un conjunto de casualidades”.

Entonces le propuse recabar la opinión al respecto del Anciano Sabio a través de la consulta oracular del I Ching.
La pregunta formulada se basó textualmente en el comentario del autor antes transcripto.

Como resultado se obtuvo el hexagrama número 13 – “Comunidad con los hombres”, con un nueve en el quinto puesto, por lo que el hexagrama mutado resultó ser el 30 – “Lo Adherente. El Fuego”.
Prescindiremos del análisis pormenorizado de los hexagramas por las razones ya invocadas de tiempo expositivo, pero podemos decir que, la respuesta valida por la afirmativa la pregunta planteada y lo hace de manera inequívoca.

Así en los comentarios al dictamen del hexagrama 13 expresa el Anciano Sabio:

“La real comunidad entre los hombres ha de llevarse a cabo sobre la base de una participación cósmica”

Y en el trazo móvil, el 9 del 5to puesto:

“Se trata de dos personas exteriormente separadas, pero unidas en sus corazones. Sus posiciones en la vida los mantienen separados. Se levantan entre ellos muchos obstáculos e impedimentos que los entristecen. Pero no permiten que ningún obstáculo los desuna, y permanecen fieles el uno al otro. Y aunque la superación de tales obstáculos involucre graves luchas, ellos vencerán a pesar de todo, y entonces su tristeza se transformará en alegría una vez que puedan reencontrarse”.

Resulta sobrecogedora la precisión de la respuesta del I Ching y produce un efecto altamente numinoso, capaz de transformar por completo la cosmovisión de quién la está recibiendo. Cuando ocurre este despliegue puntual no se trata de un “lusus naturae”, resulta algo necesario en las circunstancias de la consulta a los efectos del logro de la ‘productividad’ del hecho sincronístico.

En este caso la psique de mi amigo aún no estaba preparada para un cambio estructural, y por ello era necesaria una fuerte impresión que se alojara, temporalmente, en su inconsciente aguardando el momento propicio para aflorar a la consciencia. Ello se puso de manifiesto en que en lo inmediato reprimiese la experiencia, no haciendo comentarios a lo ocurrido, levantando una ‘barrera protectora’ que fue respetada, y que motivó el que un par de semanas después comprobase que había desaparecido de su nivel consciente todo recuerdo de los sucesos.

Hubieron de transcurrir varios años, con las experiencias de vida adecuadas, para que se manifestase la ‘productividad’ correspondiente a esta consulta oracular, a este hecho sincronístico.
Sólo queda por decir, recordando la historia del “hacedor de lluvia”

“…,y entonces, naturalmente el Tao hizo la nieve”

3 – Notas y Bibliografía

[1] – “La Interpretación de la Naturaleza y la Psique”
Editorial Paidós.
Autor: Carl Gustav Jung
– Título original: “Naturerklärung und Psyche”
– Publicado en alemán por Rascher Verlag, Zürich, República de Alemania

[2] – “En memoria de Richard Wilhelm”
Discurso dado por: Carl Gustav Jung
Fecha: 10 de Mayo de 1930.
Incluido en el libro “El secreto de la flor de oro, un libro de la vida chino”.
Obra conjunta de Jung y Richard Wilhelm
Edición en castellano de Editorial Piados
11° Edición alemana.

[3] – “Carl Gustav Jung et la voie des profundeurs”
Obra colectiva
Artículo: “L’ imagination active”
Conferencia dada en Zürich, Zürich, República de Alemania
Fecha: 25 de Setiembre de 1967
Disertante: Bárbara Hannah
Editorial La Fontaine de Pierre – 2da edición, 1980
Página 273, se menciona allí como fuente a :
C.G.Jung, “Interpretation of Visions”, chap. III, Zürich, printemps 1931.

[4] – “¿Qué es una ley de la Naturaleza?”
Autor: Erwin Schrödinger
Breviarios del Fondo de Cultura Económica (1975)
Páginas N° 15 a la N° 26.

[5] – “La Sincronicidad, ¿existe un orden a-causal?”
Editorial Gedisa (1987)
Autores:
– Hubert Reeves
– Michel Cazenave
– Pierre Solié
– Karl Pribram
– Hansueli F. Etter
– Marie Louise von Franz

[6] – “Meaning and Order”
Autor: Marie Louise von Franz
“Quadrant, Journal of the C.G.Jung Foundation for Analytical Psychology”.
New York, USA, Spring (1981)
Volumen 14, Nº 1

[7]
“I Ching – El Libro de las Mutaciones”
Editorial Sudamericana
Autores: Richard Wilhelm / D. J. Vogelmann

“La Sabiduría del I Ching”
Editorial Guadarrama, Punto Omega
Autor: Richard Wilhelm

“El Significado del I Ching”
Editorial Paidós, Orientalia
Autor: Hellmuth Wilhelm

“Mutaciones – Ocho lecciones sobre el I Ching”
Editorial Marymar
Autor: Hellmuth Wilhelm

“Tao-tè-Ching – El libro del recto camino”
Varias ediciones en castellano
Autor: Lao Tsé

“Lao Tsé y las enseñanzas del Tao”
Editorial Simientes
Autor: Richard Wilhelm

“Confucio”
Alianza Editorial
Autor: Richard Wilhelm

“La pensée chinoise”
Editorial Albin Michel
Autor: Marcel Granet

“Researches on the I Ching”
Editorial Princeton University Press
Bollingen Series
Autor: Iulian K. Shchutskii

[8] – “I Ching – El Libro de las Mutaciones”Editorial Sudamericana (1980)
Autores: Richard Wilhelm / D. J. Vogelmann
Página N° 66

[9] – “I Ching – El Libro de las Mutaciones”
Editorial Sudamericana (1980)
Autores: Richard Wilhelm / D. J. Vogelmann
Página N° 369

[10]- “I Ching, algunas diferencias entre los métodos tradicionales de consulta”
En revista de la Fundación Carl Gustav Jung de Psicología Analítica
Autor: Raúl Jurovietzky
Números 1 al 4 (l987 y 1988)

[11] – Ídem [2], pág. 17.

[12] – “Lincoln y Kennedy: coincidencias extrañas”
Autor: George Langelaan
En revista Planeta, Nº 23
Sección: “Los hechos malditos”
Página N° 23

Coincidencias expuestas por Langelaan, entre sucesos de las vidas de los Presidentes de los Estados Unidos de Norteamérica Abraham Lincoln (1809 – 1865) y John Fitzgerald Kennedy (1917 – 1963)

1- Lincoln fue elegido presidente en 1860, Kennedy en 1960.

2- Los dos fueron muertos un viernes.

3- Los dos fueron abatidos en presencia de su mujer.

4- Los dos fueron abatidos por un balazo en la cabeza disparado desde atrás.

5- Sus sucesores se llamaban Johnson.

6- Cada uno de sus sucesores era demócrata del Sur.

7- Cada uno de sus sucesores había sido miembro del Senado.

8- Andrew Johnson (sucesor de Lincoln) nació en 1808. Lyndon Johnson (sucesor de Kennedy) nació en 1908.

9- John Wilkes Booth (el asesino de Lincoln) nació en 1839. Lee Harvey Oswald nació en 1939.

10- Booth y Oswald fueron asesinados antes de haber podido ser juzgados.

11- Las esposas de los dos presidentes perdieron cada una de ellas un niño cuando se encontraba en la Casa Blanca.

12- El secretario de Lincoln que se llamaba Kennedy, le aconsejó insistentemente no ir al teatro donde fue asesinado. La secretaria del presidente Kennedy que se llamaba Lincoln, le aconsejó no ir a Dallas.

13- John Wilkes Booth asesinó al presidente Lincoln en un teatro y corrió hacia un depósito. Lee Harvey Oswald disparó sobre el presidente Kennedy desde un depósito y corrió a un teatro.

14- Los nombres de Lincoln y Kennedy tienen 7 letras cada uno de ellos.

15- Los nombres de Andrew Johnson y Lyndon Johnson se componen de trece letras cada uno.

16- Los nombres de John Wilkes Booth y Lee Harvey Oswald totalizan quince letras cada uno. Agreguemos a esta lista impresionante las coincidencias siguientes:

17- Se piensa que Lee Harvey Oswald, cuya culpabilidad nunca será probada, no fue el único asesino y que tuvo cómplices. Parece ser que lo mismo ocurrió con Booth.

18- Un fanático vengador, Boston Corbett, mató a John Wilkes Booth. Un fanático vengador, Jack Ruby, mató a Oswald. En los dos casos se tienen dudas en cuanto a su motivación real.

19- Poco después de la muerte del presidente Lincoln, su hijo Robert Todd Lincoln examinó los papeles de su padre y quemó una cantidad de cartas, precisando que…“no serviría para nada publicarlos. Se referían a un hombre que desempeñó un papel en la muerte de mi padre… un miembro de su gobierno”. Esto recuerda la actitud, si no las palabras, del hermano del presidente Kennedy.

20- El hijo de Lincoln y el hermano del presidente Kennedy tenían el mismo nombre: Robert.”

…Con relación al punto 19 existe un mensaje post-mortem de J.F.Kennedy publicado en el libro de Adela Rogers St. Johns, titulado “No más adioses”, editorial Pomaire, página 98:

…“El camino es muy largo y sinuoso. Sólo serviría para producir un inmenso decaimiento revelar las profundas complejidades que en él existen. El pueblo perdería la poca fe que le queda… El gobierno debe ser respetado y dar estabilidad”.

FUENTE:

http://www.saiching.org/art_htm/ensayo_sincronicidad.htm

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