MEDICINA CUANTICA

El Voto en la Realidad Cuántica

by on May.20, 2011, under Cuántica, Kultura, La Conciencia, Sociología, SOLIDARIDAD

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¿Cuánta gente en el mundo piensa que ser nudista es cojonudo? Es natural y una representación fiel del ser humano sin tapujos ni fachadas manipuladas por la modaindustria y la cosmética. ¿Qué más da lo que yo piense sobre el asunto? El pudor que quizá sienta en mi interior solo representa una célula dentro del cuerpo colectivo. Lo verdaderamente interesante, el peso real, es lo que piensa una mayoría de personas sobre este asunto. A nivel personal reconozco que soy víctima de las creencias familiares, hereditarias y personales que he adquirido a lo largo de estos años de experiencia bien ganada. Pero, aún así no tiene ningún valor en la medida que representa una opinión dentro de la gran pluralidad. En definitiva, es importante lo que cada uno porta y ha adquirido a su paso por la vivencia mundana; de ahí el concepto de honrar la opinión de lo que individualmente cada uno opina dentro del marco y cómputo general que suma y va creando el movimiento en la cadena evolutiva.

En tres días muchos españoles ejercemos nuestro derecho al voto. Y girando la atención al sentir sobre la realidad política que leo a través de las redes, a la que considero la verdadera democracia, palpo el genuino desagrado hacia “la cosa pública”; en concreto, hacia el hacer y deshacer de los dineros colectivos que donamos punitivamente.

Hablo de los dineros exigidos cada mes que abonamos mediante el trabajo y hemos aprobado tácitamente en nuestra labor como ciudadanos abonados a un país democrático. Ahora nos toca votar. Elegir a nuestros representantes para gestionar el dinero de cada hora trabajada en lo que uno sabe y le gusta o peor aún, le disgusta pero le permite seguir pagando su vivir. Es hora de elegir a los representantes que terminarán pasando leyes que interfieren con la libertad y dictan lo que está permitido y lo que no; los que condenan al peatón a pagar 200€ por haberse saltado de forma segura el semáforo en rojo mientras gastan deshonrosamente y sin pudor millones de euros en coches y comidas oficiales, los que deciden políticas armamentísticas mientras siguen condenando a millones a la muerte por lenta inanición, los que firman la construcción de ridículos aeropuertos totalmente innecesarios al considerar la falta de servicios mínimos mucho más importantes que demanda una población que no ve ni por asomo las rentas del dinero aportado, sucediendo en el mismo compás que marcan los que aprueban los derechos estrafalarios de sus pensiones vitalicias pero limitan el vivir a ras del suelo a un sector muy considerable de la población.

“Si todos votáramos en blanco, tendríamos fuerza; si todas votáramos en blanco, seríamos grandes; si todos votáramos en blanco, le daríamos una lección de humildad a los que se creen grandes porque el dinero les ha distraído…

Pero la realidad es que no todos votaremos en blanco, así que yo hago mi lucha y apoyo la vuestra. Déjame ganar la lucha en el barrio, luego en el pueblo… y puede que algún día te des cuenta de que siempre estuve luchando a tu lado. By Guzmán.”

Y al respecto, percibo desconfianza casi absoluta en la “cosa pública” que se traduce a la labor de la clase política que vive y gestiona leyes, arcas municipales, derechos y licencias; todo aquello que pertenece a la gestión de la mano de obra del saber colectivo. Y si es la desconfianza y el desagrado la nota que más suena, ¿Cuál es la mejor elección en cuanto a las elecciones del 22 de mayo? ¿Cómo se traduce eso en el voto?

En un par de días nos unimos más de treinta y cuatro millones de españoles a través de la elección del voto de nuestros representantes municipales y autonómicos. ¿Qué postura política representa esa repudia colectiva hacia lo público? ¿El no votar? ¿El votar a un partido ecologista como varios países nórdicos? Quizá reconozcamos el valor de lo ecológico más que nunca pero quizá también haya algo incluso más amplio y profundo que recoge la carta de este joven, Victor Rodríguez, dirigida a  Ana, psicóloga que participa en los estudios de IPS en Suiza:

“Te escribo desde la distancia que supone un océano de por medio, desde la visión que confiere salir de tu realidad cotidiana para poder pensarla. Me propusiste en aquella manifestación del 15 de mayo en la que exigíamos de una vez por todas democracia real ya que escribiera una carta sobre la situación de los jóvenes en España, acepté el reto prometiéndome hacerlo lo mejor posible y teniendo en cuenta que yo escribiría siempre desde mi experiencia personal, no pudiendo generalizar a todos los jóvenes y pasando por alto multitud de casos diferentes al mío.

Cómo muchos jóvenes de mi generación tomé la decisión de emigrar en busca de un futuro posible, la decisión de dejar amigos y familiares y embarcarte en un viaje de incierto destino no es fácil, pero aún peor es vivir con el futuro negado en un lugar dónde se ignoran tus necesidades más básicas. Nos han bautizado cómo la generación perdida, la generación ni-ni (ni estudian ni trabajan), los jóvenes sin futuro, por aquellos que tienen el dudoso honor de poner nombre a la desgracia ajena, yo prefiero transformar el pesimismo en oportunidad de cambio y llamarla la generación que despertó.

Somos hijos del conformismo crónico en un modelo de sociedad que no ha sabido cumplir nada de lo que prometía; nuestros padres crecieron con el terror de la dictadura de fondo, convencidos de que la llegada de una democracia bipartidista resolvería todos los problemas, y así dejaron en manos de una élite político-económica la construcción de sus propios sueños, sueños convertidos en derroche y creación de necesidades artificiales, de un desarrollo cuyos efectos colaterales ahora empezamos a sufrir.

Somos fruto del desarraigo, nuestros abuelos y padres abandonaron la tierra que les daba de comer y se hacinaron en barrios olvidados o en urbanizaciones privadas los más afortunados, pasando a depender de un sistema en el que sólo existirían cómo consumidores.

Somos testigos de la caída de las ideologías, del triunfo del “American Way of life”. Crecimos entre películas de Hollywood y Reality Shows, la vida cómo un gran tiovivo del espectáculo, teníamos en casa todo lo que necesitábamos pero nos faltaba lo esencial, para nosotros todas las comodidades, para nosotros nada por lo que luchar.

Convencidos de que seguiríamos el camino de nuestros padres fuimos a la universidad, siempre obedientes, siempre guiados por expertos que nos aconsejaban lo correcto, veíamos cómo se premiaba la mediocridad, vomitábamos datos cómo loros para poder obtener nuestros títulos, sin espacios para la expresión, fuimos consumidores de don simón los jueves, y los viernes y los sábados, bebíamos para perder el aliento, bebíamos quizás para olvidarnos de una realidad que nos dolía en el alma.

Pero ahora parece que despertamos, ahora parece que salimos a la calle y no es para drogarnos, sino para decir ¡Basta!, para decir bien alto y bien fuerte que no queremos seguir viviendo en esta farsa, en esta mentira en que se ha convertido la democracia, en esta guerra que niega rostros y excluye voces, lo tenemos fácil, no tenemos nada que perder, nosotros los jóvenes sin futuro, sin casa, sin trabajo, sin dignidad, salimos a exigirlo todo, y lo exigimos en nuestro nombre y no en el nombre de ningún partido, queda un mundo que arde y otro que queremos construir, seamos todos juntos partícipes de ése mundo, no dejemos nunca más nuestro futuro en sus manos”.

¿Es el voto en “BLANCO” lo que apoya las palabras de Victor? O ¿Qué opción electoral le llevará más cerca de sus sueños, de lo que está reclamando vivamente en estas bonitas y sinceras líneas?

Es tu voto y tu libertad de expresar ahora lo que sientes dentro. Y eso es una realidad cuántica. Es la percepción actual de la realidad que estás a punto de crear e influirá determinando literalmente tu libertad de accionar por el espacio que transites. Es lo que eliges mientras creas el futuro que vives basado en lo que crees. La elección debe refrendar ante todo el movimiento, la acción que resume y rescata tus sentimientos y emociones, los concentra en una posibilidad que plasma y termina uniéndose a la posibilidad elegida por cada uno dando como resultado la elección de lo colectivo; lo oficial que terminará actuando por todos.  Es la decisión que creas como la posibilidad escogida entre millones que existen por muy increíble que esto parezca a la mente que sencillamente ahora no ve opciones.

Hay tiempo todavía para demostrar lo que verdaderamente quieres porque hay que recordar que somos el resultado político que se legitimó en tan solo 24 horas hace ahora siete años. Todo cambió en el curso de un día. HAY TIEMPO PARA TODO, PARTICULARMENTE PARA ELEGIR LA POSIBILIDAD QUE MEJOR REPRESENTA TU SENTIR INTERIOR.

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GRACIAS ELENA Y JOSE LUIS

FOTO PORTADA: Fotomontaje de politicos

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