MEDICINA CUANTICA

Aaron O´Conell es un joven catedrático cuántico que ha presentado este año un experimento revolucionador. Por tal motivo ha sido elegido para dar una conferencia TED este año, que tituló “Dándole Sentido a un Objeto Cuántico Visible”. Para aquellos seguidores de la Mecánica Cuántica hay varias cosas totalmente significativas en esta charla que dura apenas 8 minutos.

Es curioso que comience su discurso resaltando las diferencias entre los dos hemisferios cerebrales, el izquierdo que cubre la parte lógica, y el derecho que básicamente se ocupa de la intuición. Y posiblemente lo hace porque toca una materia de alto voltaje entre los físicos –la aplicación de la entelequia cuántica a los objetos macroscópicos- y por tanto alude desde el inicio a ambas cualidades suyas, la lógica y la intuición para explicar el descubrimiento. A decir verdad, es un tío muy valiente porque de forma sencilla se cepilla lo que ha sido la gran prebenda de los físicos cuánticos más tradicionales, es decir, que los principios de la Mecánica Cuántica no sirven para el mundo macroscópico. NO solo esto no es verdad sino que alude como hemos hecho repetidas veces en Medicina Cuántica al sentido común o como él explica a la lógica porque, en sus palabras, “si todo está hecho de partículas, y esas partículas cuánticas siguen las reglas de la Mecánica Cuántica, entonces, ¿no debería de seguir todo los principios de la Mecánica Cuántica? Incluido los objetos del día a día…

El experimento que diseña prueba que los objetos están en dos sitios –en dos estados- al mismo tiempo, vibrando y no vibrando. Y sugiere que si los átomos están en dos sitios diferentes al mismo tiempo y el trozo de metal del experimento también, ¿porqué no nosotros? ¡Claro que sí!

No menos importante es su última reflexión, “¿Cómo manejaría tu conciencia tener el cuerpo deslocalizado en el espacio? Oímos todo el tiempo que en la Mecánica Cuántica, todo está interconectado pero eso no es cierto. Es más profundo que eso. Es que esas conexiones, tus conexiones a todas las cosas que te rodean, LITERALMENTE DEFINEN QUIEN ERES TÚ. Y esa es la profunda rareza de la Mecánica Cuántica”.

Y esto no es pseudociencia, sino pura ciencia.

Artículo de la Revista NewSicentist sobre el descubrimiento de Aaron O´Conell publicado el 17 de marzo del 2010.

¿Existe realmente el gato de Schrödinger?

Apuesta que sí. La primera superposición cuántica de un objeto visible al ojo ha sido observado.

Aaron O’Connell y sus colegas de la University of California, Santa Barbara, no reprodujeron exactamente un gato vivo y al mismo tiempo muerto, como propuso Erwin Schrödinger en su famoso experimento hace 75 años. Pero demostraron la resonancia en un banda diminuta de metal –solo 60 micrometros de largo-, pero suficientemente grande para ser vista sin microscopio- y ésta puede oscilar y no oscilar al mismo tiempo. No se puede ver el experimento porque el solo hecho de la observación perturba la superposición.

«Hablamos de las rarezas cuánticas y de las cosas que están en dos sitios al mismo tiempo, pero en relación a los átomos y las moléculas, las cosas con las que normalmente no interactuamos” dice O’Connell, quien acaba de presentar sus investigaciones en el encuentro de Marzo de la Sociedad Americana de Físicos en Portland, Oregon.

El Puente Entre Dos Mundos

Un gran objetivo de los físicos ha sido probar que todos los objetos, no importa su tamaño, obedecen las mismas reglas. Pero con la mecánica cuántica esto no es una cosa trivial: cuanto mas grande un objeto, más fácil es que la fragilidad de su estado cuántico se destruya por las influencias disruptivas del mundo alrededor suyo. El experimento de O’Connell requiere un control delicado y un temperatura de justo 25 milikelvin para medir el estado en los pocos nanosegundos que hay antes de que las influencias disruptivas de alrededor lo destruyan.

«Fue ajustado, pero suficiente para ver la primera firma cuántica”, dice Markus Aspelmeyer de la universidad de Vienna, Austria, quien no formaba parte del experimento.

La llave fue conectar la banda resonante a un superconductor qubit –un circuito electrico diminuto que puede facilmente ser preparado en una superposición cuántica de dos estados energéticos. «El qubit actua como puente entre los mundos microscópicos y macroscópicos”, dice O’Connell. Al afinar la FRECUENCIA a la cual el qubit viaja entre sus dos estados para igualar la frecuencia resonante de la banda metálica, el estado cuántico del qubit pudo ser transferido al resonandor a voluntad.

Cuando lo medimos después, el resonador estaba algunas veces en su estado no oscilatorio y otrs veces en su estado oscilatorio, “excitado”. El número de veces que ha sido medido en cada estado siguieron las reglas probabilísticas de la mecánica cuántica.

Lo Próximo, ¿el Gato?

«Es como si tuvieras a un niño meneándo una cuerda que va y viene”, dice O’Connell. «Empujamos la cuerda y no empujamos la cuerda al mismo tiempo”

«Esto es trabajo creativo y provocativo”, dice Khaled Karrai de la Universidad Ludwig-Maximilian de Munich, Alemania. «Si es correcto, esto es un gran avance.»

El gato de Schrödinger no tendría muchas oportunidades de vivir con unas temperaturas que se requieren en el experimento, así que no debemos de estar contemplando eso. Pero ahora que se han probado las fantasmagóricas influencias de la física cuántica en los objetos visible, ¿podemos esperar poner un objeto tan grande como un niño real con una cuerda dentro de un estado indeterminado cuántico pronto? O’Connell piensa que sí. «Diría que en un futuro cercano, -en los próximos 20 años.»

FUENTES:

The New Scientist

Foto Portada:  Albert Watson