MEDICINA CUANTICA

El Socio Silencioso en la Sincronicidad

by on Dic.16, 2011, under La Conciencia, LA REALIDAD, Psicología, Sincronicidad

Presentamos en el post de hoy el último capítulo del artículo del terapeuta norteamericano Paul Levy titulado, “Catching the bug Synchronicity”, -Pillando la Sincronicidad del Escarabajo. Paul estuvo medicado durante años con un síndrome equivocado de maníaco-depresivo hasta que él mismo entendió lo que le pasaba después de tener varias experiencias trascendentales. Hoy en día se dedica a escribir libros, atender conferencias, a tratar a pacientes y a aconsejar a profesionales de la psiquiatría y de la psicología.

“Un arquetipo sincronísticamente manifestándose en el mundo exterior es un reflejo de que la misma condición está en proceso interno de realización. El exterior, sincronizándose materialmente en el proceso arquetipal interior es un vehículo a través del cual el proceso del arquetipo se actualiza al unísono y en el mismo espacio y tiempo, en el interior y en el exterior.

El espíritu que anima a la sincronicidad, si podemos de hablar de tales materias “inmateriales”, es el mismo que nos inspira en nuestros sueños nocturnos. El espíritu, el mencionado “unus mundus”, o el soñador, el Si Mismo, está soñando nuestros sueños por la noche y en nuestra vida durante el día. El unus mundus soñador, arregla las situaciones en nuestra vida; las microscópicas y las macroscópicas como una forma de sincronizarse que le induce a una mayor alineación con el campo abierto de las posibilidades, tal como nosotros nos refinamos y nos redefinimos día a día. Cuando nos damos cuenta de la naturaleza soñadora de la realidad, el universo se convierte continuamente en un oráculo al revelarnos a nosotros mismos nuestra propia naturaleza.

En una sincronicidad, toma lugar la conjunción de dos principios cósmicos, la psiquis y la materia, en un proceso de intercambio real de atributos. En esas situaciones la psiquis se comporta como si fuera material y la materia como si fuese una expresión de la psiquis. Las sincronicidades son emanaciones del matrimonio sagrado de la alquimia, donde los opuestos de espíritu y materia recíprocamente se informan tal como se unen en un abrazo fuera del tiempo.

En lugar de orientarnos a un solo lado, el espiritual excluyendo el material, o la materia excluyendo a la espiritualidad, Jung sintió que la tarea psicológica-espiritual de nuestro tiempo en la historia es vivir y encarnar la realización de la unidad del espíritu y la materia que los acontecimientos sincronísticos nos están revelando. En lugar del espíritu descender de los cielos, la guía el espíritu está emergiendo y alzándose desde la propia materia para que lo reconozcamos.

Subjetivamente, el fenómeno sincronístico nos evoca una sentimiento de que no estamos solos, que hay un socio silencioso que está compartiendo la vida con nosotros y que sueña lo que nosotros. Es como si hubiera una factor autónomo y profundo que arregla nuestras experiencias para que nos despertemos. Parte de la numinosidad del acontecimiento sincronístico es el sentido de encontrar “el otro completo”, sea dentro de nosotros mismos o fuera en el mundo exterior. Paradójicamente, a través de la sincronicidad nos conectamos a nosotros mismos a través de introducirnos en la otra parte, que nosotros no reconocemos como propia.

Reconocer la matriz sincronística que modela nuestras experiencias nos empodera para ser creativos, cooperativos y socios activos en el proceso de despertar. Cuanto más abiertos estamos a la sincronicidad, más veces nos ocurren ya que las sincronicidades son como símbolos en un sueño, y no están separados del soñador, que es el caso nuestro. En tanto en cuanto reconocemos la naturaleza soñadora de nuestro universo despierto así es como reconocemos nuestra vida como una sincronicidad. Una vez que estamos lúcidos en nuestro sueño y reconocemos que por naturaleza vivimos en un universo sincronístico, el universo no tiene más opción que amoldarse a nuestro estado reflejando nuestra realización en la manifestación propia de la sincronicidad.

Siendo ritos iniciatorios, las sincronicidades nos empoderan para ver la vida sincronísticamente. Ver a través de ojos sinronísticos no tiene nada que ver con recrear una interpretación fabricada sobre los acontecimientos que aparecen en el día a día. Ver sincronicidades es reconocer la web o madeja sincronística que subyace y está entramada a través de nuestra experiencia. Esto es análogo a estar dentro de un sueño y ser consciente del sueño y permitir que se manifieste con mayor profundidad. El cambiar la perspectiva de nuestro sueño no causó que el sueño desapareciera. Similarmente, vivimos en un universo sincronístico y al reconocerlo, le permitimos que se nos muestre a través de la propia sincronicidad.

Las sincronicidades son como “culturas” de otra dimensión que crean y enriquecen nuestra propia cultura. Como un escarabajo en el sistema, las sincronicidades son culturas que viralmente se propagan a través del campo de conciencia, lo que significa que son contagiosas. La conciencia sincronística, la conciencia que reconoce la naturaleza sincronística del universo y se ha vuelto lucida, es algo que podemos adquirir y reconocer unos en otros. Esta conciencia es una invocación y revelación de la “eterna presencia del acto único creativo” en el cual todos estamos inmersos y participando. La conciencia sincronística se actica y se reproduce dentro y fuera del campo, como auto-generadora de la naturaleza, la cual es lo mismo que decir que está naciendo al mundo a través de nuestra conciencia.

Como Jung, podemos ayudarnos a pillar la sincronicidad del “insecto”. Podemos cooperativamente cultivar una web de aliados quienes creativamente atrayendo esa preciosa joya que es la sincronicidad. El campo arquetipal se potencia enormemente cuando nos ponemos “en sincronía” con otras personas quienes también se están despertando al universo sincronístico. Un campo que está lubricado cuando se estimula y estabiliza la lucidez y cuando entramos en resonancia unos con otros y compartimos abriendo nuestros corazones a la conciencia sincronística. Embarcarnos en esta senda actica nuestro genio creativo a una cultura sonde no hay esfuerzo, ni tiempo, y no-local y viralmente transmite y se reitera fractalmente a través del tiempo y el espacio. Compartir acontecimientos sincronísticos magnéticamente atrae al universo hacia ese maravilloso proceso auto revelatorio».

Image by Phil Thirkell, courtesy of Creative Commons license.

FUENTE:

http://www.realitysandwich.com/catching_bug_synchronicity

Web de Paul Levy

Paul Levy en youtube

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