MEDICINA CUANTICA

A la hora de la verdad nos resulta complejo entendernos como un sistema compuesto de patrones de energía o de frecuencias vibracionales. Recuerdo que durante los últimos años se colaba en mi entre algún día de la semana el pensamiento sobre lo que podía significar que mas del 90% de nuestro cuerpo (o el de cualquier cuerpo, animado y -los aparentemente- no) fuese vacío. Me tocaba y me toco y me siento muy sólida. Todo alrededor parece sólido o compacto cuando toco. El sentido común en esto no es de aplicación. Debemos de apelar a otros sentidos para poder entender lo que nuestros físicos nos dicen acerca de la naturaleza del átomo. Y en realidad no estamos hechos de otra cosa que nos sea átomos. Por tanto los porcentajes siguen aplicándose al sistema entero. Más de un 90% de todo es vacío. ¿Entonces? Quizá parte de la respuesta se deba a la velocidad dentro del marco de la relatividad. Sabemos por ejemplo que rotamos, como integrantes del planeta, sobre nosotros mismos, en círculo, a una velocidad máxima (en el Ecuador y varía dependiendo del lugar en el planeta) de 1,700 Km cada hora. No nos enteramos. Tampoco tenemos un sentido de movimiento cuando viajamos dentro de un avión y estamos sentados en el asiento. Distinto es si utilizamos una moto para desplazarnos. Al no estar cubiertos por ninguna superficie, sentimos la fricción del aire y eso nos proporciona la sensación de movimiento. Por otro lado, nosotros somos organismos compuestos por partículas que se mueven a una velocidad altísima. Y esa ultra-alta velocidad nos impide vernos o incluso tocarnos el vacío propio nuestro.

El siguiente artículo describe algunos conceptos que aclaran el concepto de las frecuencias vibracionales que nos hacen. Es un extracto del artículo “Cuántica: un Nuevo Paradigma” del gran blog Territorios de la Mente.

“Cada órgano, cada célula del cuerpo posee una frecuencia propia, un patrón vibratorio que está en armonía con el patrón vibratorio del cuerpo entero en caso de que gocemos de buena salud (por esto las terapias vibratorias son capaces de restablecer, en caso de desequilibrio energético, el equilibrio general al actuar sobre el patrón vibratorio del ser humano). De hecho, cada átomo, cada molécula o cada célula tienen una banda electromagnética resonante de cierta amplitud en el cual emite energía electromagnética y también la absorbe. Así, cada sistema está en comunicación con el mundo exterior, transmitiendo y recibiendo, vía su espectro de frecuencia resonante. Este espectro particular es como una huella digital única a la cual se puede identificar.

(…) Hay un tipo de relación donde se reúnen como mínimo dos ondas, las cuales se solapan, se funden y comparten una identidad. Cuanto más solapamiento, más coherencia habrá. El movimiento resultante se puede reforzar o anular, dependiendo de si hay concordancia de fase (interferencia constructiva) u oposición de fase (interferencia destructiva).

(…) Cuanto más armónicos y coherentes seamos, más alineación habrá a nivel subatómico, dando lugar a una mayor fuerza de atracción hacia el exterior. Tal vez aquí radique el magnetismo tan especial que presentan ciertas personas.

*****

Esta realidad etérica constituida por el vacío cuántico rellena el espacio aparentemente vacío entre los átomos de los seres vivos. Esto es fundamental, porque ésta, con una gran probabilidad de certeza, va a ser la clave de muchos interrogantes de la Física actual y de muchos fenómenos aún no admitidos por la ciencia ortodoxa, como la telepatía, la telequinesis, la curación a distancia, la teletransportación, etc

No localidad

La teoría cuántica es una teoría no local, o sea, admite la existencia de influencias instantáneas entre puntos diferentes del espacio. (Teresa Versyp. La dimensión cuántica)

Efecto tunel

Se trata de la capacidad que tienen las partículas como los electrones para pasar, en ciertas circunstancias, a través de barreras aparentemente impenetrables.

Imagínese el lector, en vez de una bala de cañón, un electrón, y en vez de un tazón de acero inoxidable, una barrera de energía, que para un electrón es un obstáculo efectivo. Si la barrera de energía es suficientemente fuerte, un electrón disparado a ella se limitará a rebotar. Sin embargo, a diferencia de una bala de cañón, un electrón parece saber de antemano las limitaciones que supone el obstáculo al cual se acerca. Si la bala de energía es un poco más débil, en vez de rebotar el electrón desaparecerá antes de llegar a la barrera para volver a materializarse al otro lado. (David Bohm: Todo interpenetra en todo).

Lo que percibimos como partículas separadas en un sistema subatómico no están en realidad separadas, sino que en un nivel más profundo de la realidad son meramente extensiones del mismo algo fundamental. El nivel de realidad en el que las partículas parecen estar separadas – el nivel en que vivimos – , Bohm lo denominó el orden explicado. El sustrato más profundo de la realidad, el nivel en el cual la separación se desvanece y todas las cosas parecen convertirse en parte de una totalidad sin discontinuidades, Bohm lo llamó el orden implicado. (Michael Tablot. Más allá de la teoría cuántica. Barcelona: Gedisa, 2000).

Mente cuántica
Según Penrose dada la complejidad que se observa en las operaciones de las neuronas, la física tradicional no da respuesta al funcionamiento de la mente.

Las sombras de la mente

Recordemos la idea de Frohlich de que un fenómeno cuántico colectivo a gran escala -quizá de la naturaleza de un condensado de Bose-Einstein- es una posibilidad biológica definida, incluso dentro del cerebro «caliente» (cf. también Marshall1989). Aquí imaginamos que no sólo los microtúbulos* simples deben estar implicados en un estado cuántico coherente a una escala relativamente grande, sino que tal estado debe extenderse desde un microtúbulo al siguiente. Así pues, no sólo debe extenderse esta coherencia cuántica a la longitud de un microtúbulo entero (y recordemos que los microtúbulos pueden alcanzar una longitud considerable), sino que muchos de los diferentes microtúbulos en el citoesqueleto dentro de una neurona, si no todos ellos, deben tomar parte juntos en este mismo estado cuánticamente coherente. No sólo esto, sino que la coherencia cuántica debe saltar la barrera sináptica entre neurona y neurona. ¡No hay mucha globalidad si sólo implica células individuales! La unidad de una sola mente puede aparecer, en una descripción semejante, sólo si existe alguna forma de coherencia cuántica que abarca al menos una parte apreciable del cerebro entero.

*Microtúbulo: proteína polimérica consistente en subunidades conocidas como tubulinas. Cada subunidad de tubulina es un «dímero», es decir, consta de dos partes. Existen 13 columnas de dímeros de tubulina en cada microtúbulo. (Roger Penrose. Las sombras de la mente. Barcelona: Crítica Grijalbo. 1996).

Conciencia no física

«Parece muy obvio que las alteraciones de los procesos químicos del cerebro producen muchas de nuestras experiencias subjetivas, como la percepción y la sensación. ¿Podemos invertir este proceso causativo? ¿Podemos postular que el pensamiento puro puede efectuar cambios en los procesos químicos del cerebro?» Quería saber si, al menos conceptualmente, podemos admitir la posibilidad de un proceso causativo en dos direcciones.

La respuesta del científico fue muy sorprendente. Dijo que, puesto que todos los estados mentales surgen de estados físicos, la causalidad inversa no es posible. Aunque en aquel momento no le repliqué, esencialmente para no resultar grosero, pensé – y sigo pensando- que tal alegación categórica carecía de fundamento científico. La teoría de que todos los procesos mentales son necesariamente físicos constituye un posicionamiento metafísico, no es un hecho científico. Creo que, conforme al espíritu de la investigación científica, es crucial que dejemos la pregunta abierta y no confundamos nuestras suposiciones con los hechos empíricos.

Me consta que hay un grupo de científicos y filósofos que creen que el análisis científico derivado de la física cuántica podría proporcionar una respuesta al enigma de la conciencia. (Dalai Lama. El universo en un solo átomo. Barcelona: Grijalbo 2006)

PUBLICADO EN: http://jorvilanova.blogspot.com/2007/03/cuntica-nuevo-paradigma.html