MEDICINA CUANTICA

La Fusión de la Ciencia, la Conciencia y la Medicina

by on Oct.04, 2009, under La Conciencia, La Física, Los Místicos, Medicina, Psicología

flor roja - copia

La medicina cuántica es la medicina integral que concibe al ser humano como un sistema complejo de energía o frecuencias vibratorias donde la parte afecta al todo y viceversa. Varias herramientas en las que se basa, la biorresonancia y el biofeedback, fueron desarrollados en la segunda mitad del siglo XX, y ofrecen la plataforma tecnológica que sirve de enlace entre las frecuencias personales y su traducción a valores concretos.

La filosofía de la medicina cuántica consiste en ir liberando toxicidad y bloqueos físicos, emocionales y mentales, formados por el estilo de vida, la alimentación, la herencia genética, la toxicidad química, artificial y medioambiental y los patrones mentales y emocionales, entre otros, a lo largo de los años de vida de cada cual, al tiempo que se produce una toma de conciencia del propio individuo. Al contrario que la medicina convencional, la cuántica no persigue tanto una obtención de un cuadro de diagnóstico, preciso y concreto sino más bien el detectar y equilibrar poco a poco todos los bloqueos producidos en el organismo, que por cierto está muy vivo.

Mucho más de lo que la mayoría de nosotros podemos llegar algún día a entender.

Relaciona además el incontrolable mundo de las emociones que en el ejercicio de su profesión los psicólogos nos explican al resto de la sociedad. Y después están los psiquiatras, que se ocupan por así decirlo, de forma rápida, del mundo de la mente, sus conexiones, neuronas, el pensamiento, las ideas… Finalmente los místicos han estado enseñándonos e inspirando época a época en cada país, raza y cultura al alma humana y su conexión con el infinito. MARAVILLOSOS son muchos de estos profesionales pero ven y saben de su MUNDO. De ese en el que trabajan. De su especialidad. Somos más que partes. Somos todo un sistema complejo de energía. O eso nos dicen los físicos y los místicos.

Sabemos por los avances realizados gracias a la CIENCIA DE LA MEDICINA, LA BIOLOGÍA, LA PSICOLOGÍA, y otras grandes ciencias que el ser humano es un organismo que ningún ordenador es capaz de emular. Nuestro sistema inmunológico está capacitado para defenderse, a través de una química orgánica y natural, de cualquier agente invasor o de cualquier amenaza a su homeostasis natural, siempre que funcione adecuadamente. Sin embargo, con el paso de los años, el ritmo personal de vida, la genética de cada cual, el conocimiento de uno mismo o conciencia –que dirían muchos-, y otros factores, nuestro sistema de defensa se ve afectado y no es capaz de acometer perfectamente esta labor.

La Medicina Cuántica trata de mirar en el laberinto humano de una forma integral y viva. Nos adentra en un mundo interior interactuante, sabio, organizado, libre y esclavo al mismo tiempo de sus condiciones; nos ofrece un mapa un poco más completo en un momento concreto del tiempo.

El paciente tiene una función totalmente determinativa. De él dependen muchas cosas, como ir desarrollando un mayor instinto de toma de consciencia -la suya propia; no la de otros- a saber cada vez mas profundo. Sin entrar en detalles de números e intentándonos quedar en un umbral cómodo de cualquier experto en el área, hay mucho que desconocemos de la mente y posiblemente de la simple célula también, ¿el 70, 80, 90 %? Por tanto hay que hacer el esfuerzo continuo de introspección y penetración.

Se utiliza una metodología cuántica, no debemos confundirnos. Y eso es algo que está vivo y que encierra –por su teoría- el concepto de INCERTIBUMBRE en su centro esencial. La incertidumbre siempre está presente. Todos son posibilidades de que las cosas sean o no y ocurran o no. Incluso nosotros mismos somos así, pero tenemos mucho que decir en esa ecuación porque influye la intención -o fuerza- en la dirección de la posibilidad. Por tanto, hay libre albedrío.

La parte del terapeuta es igualmente fundamental. Establece la labor de conexión, que lleva a que el organismo se desintoxique más y a realizar una inmersión sutil muchas veces pero determinante dentro de ese 70, 80 o 90% en ambas partes: paciente y terapeuta, para en definitiva, lograr establecer una mayor integración con uno mismo, con su salud y con su voluntad o su intención final.

Lo mencionamos anteriormente, las máquinas o tecnología no llegan ni mucho menos a la complejidad del ser humano. Particularmente este tipo de tecnología cuántica. El futuro próximo irá perfeccionando las herramientas y derivados de la aplicación del remoto y potentemente mundo de lo pequeño. Mientras alcanzamos esa plenitud en el desarrollo de la tecnología, tenemos el misterioso, potente y dinámico Quantum SCIO, que nos acerca más a nosotros penetrando interiormente y también con el exterior a modo de intercambio con el campo cuántico o campo de información.


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