MEDICINA CUANTICA

Entremos en la Célula para Empezar a Entender a la Matriz Viviente. PARTE II

by on Oct.07, 2009, under Artículos de Ciencias, General, La Física, Los Campos Energéticos

La dinámica de la matriz: señalización y movimiento circular

Ha habido recientemente un enorme entusiasmo en la comunidad de los investigadores, acerca de las propiedades de la matriz viviente. Este entusiasmo surge porque la matriz desempeña un papel fundamental en la defensa y reparación. Más aún, es por medio de esta matriz que los nutrientes, hormonas y otras moléculas que emiten señales, toxinas y productos de desecho se desparraman por las células y desde ellas. Obviamente, las propiedades de este sistema y su “apertura” a los flujos de diversos materiales, son esenciales para la vida.

Una de las conclusiones a las que ha arribado al estudiar las diversas terapias complementarias en relación con la medicina convencional, es que esta última se ha centrado en los distintos órganos y sistemas, y le ha prestado relativamente escasa atención al modo con que se comunican entre sí por medio de la matriz viviente. Por el contrario los profesionales de las terapias complementarias, a menudo resuelven problemas de salud porque primero atienden la “calidad” de la matriz, es decir, qué aspecto tiene la carne y cómo la sienten al tacto.

Las moléculas que vinculan el interior de las células con la matriz extracelular, han sido denominadas integrins: “Integrins son una célula de moléculas de adhesión que “pegan” las células colocándolas en su lugar. De manera sorprendente y a un nivel esencial, también regulan la mayoría de las funciones del cuerpo. El autor revela el papel oculto de las integrins en la artritis, enfermedades cardíacas, apoplejía, osteoporosis y en la diseminación del cancer (introducción a Horwitz 1997).

La matriz viviente es una sistema más dinámico que fijo. Las conexiones entre las células adyacentes, y entre las células y el sustrato, son lábiles y no pemanentes. Las conexiones se producen, se separan y vuelven a armarse a medida que las células cambian de forma y/o se mueven crawl about (arrastrándose). Los conectores específicos, denominados tonofilamentos, desmosomas, hemidesmosomas, integrins, conexinas y filamentos de anclaje, son todas estructuras lábiles que puden desconectarse, retraerse, disolverse y reformarse (Gabián y otros, 1978, Krawczyk & Wilgram 1973). Estas adherencias reversibles permiten que las células epidérmicas, fibroblastos, osteoblastos, mioblastos, y otras células “generativas” se muevan cuando es necesario reparar la pìel dañada y restaurar otros tejidos. Los movimientos ameboides posibilitan que los leucocitos migren a sitios donde se detecta una infección, o a los tumores, para la reabsorción del material “no propio”.

La bioquímica producida en estado sólido

Como ya hemos comentado, la bioquímica se basó en el estudio de las reacciones que se produjeron en una solución. El descubrimiento del citoesqueleto, con sus conexiones dinámicas que tienen matrices de tejido nuclear y conectivo, hizo adelantar nuestra comprensión de la bioquímica producida en estado sólido.

El desarrollo de este campo, obviamente no rechaza la hermosa tarea sumamente importante, realizada por los bioquímicos y los biólogos moleculares, sobre las enzimas “solubles” y su actividad. Por el contrario, la bioquímica que se produce en estado sólido abre el estudio de procesos adicionales que ocurren en las fibras y los filamentos sólidos que constituyen las células y los tejidos vivientes. Este enfoque también permite una comprensión más profunda de los efectos de las terapias que se basan en el uso de las manos, estructurales, energéticas y biomecánicas, sobre los procesos que ocurren en todo el cuerpo.

La bioquímica que se produce en las soluciones requiere que las moléculas dentro de la célula se expandan un poco al azar hasta chocar con la enzimas apropiadas. La bioquímica correspondiente al estado sólido reconoce que las reacciones químicas se comportan de una manera mucho más ordenada y rápida si están organizadas en un marco estructural. Más aún, el concepto de matriz viviente abre las posibilidades a un control global: las señales que viajan a la matriz pueden regular o afinar las enzimas asociadas con ella en todo el organismo. Aquí distinguimos entre mensajes que viajan a través de la matriz, como la conducción electrónica por la columna proteica, o por el salto de protones en las capas de agua asociadas con la superficie proteica (Ho & Knight 1998).

Para entender la importancia terapéutica de la bioquímica que se produce en estado sólido y la regulación de la matriz, comenzaremos con un examen de un alto grado de orden, o regularidad, o cristalinidad presente en las células y tejidos.

Formaciones cristalinas en células y tejidos: piezoelectricidad

“La forma, en contraposición con la figura aleatoria, contiene partes o elementos, en un conjunto definido y característicamente recurrente en el espacio. Así, la forma es el resultado del ordenamiento en el cual esos elementos se combinan y disponen. La forma de un orden superior de complejidad, en consecuencia, puede surgir de la reunión ordenada de elementos más simples que encajan entre sí. (weiss 1965).”

Noostros no consideramos de manera intuitiva que los materiales biológicos con cristalinos, porque cuando pensamos en cristales, generalmente nos imaginamos materiales duros, como el diamante o el ágata. Los cristales vivientes están compuestos por moléculas largas, finas y plegables, y son suaves y flexibles. Para ser más preciso, son cristales líquidos (e.j. Bouligand 1978).

Los arreglos cristalinos son la regla y no la excepción en los sistemas vivientes. La figura 3.4 ofrece algunos ejemplos importantes. Los físicos saben muchos sobre las propiedades de los cristales. Por ejemplo, cierto tipo de cristales son piezoelectrónicos, es decir, generan campos eléctricos cuando se comprimen o estiran.

Figura 3.4  Arreglos cristalinos en diversos tejidos.  Los arreglos cristalinos son la regla y no la excepción en los sistemas vivientes.  A. Las formaciones de moléculas fosfolípidas forman membranas celulares.  B. Las formaciones de colágeno forman rejido conectivo.  C. Formaciones de moléculas de clorofila en la hoja.  D. Revestimiento del nervio de la mielina.  Cada capa está compuesta por membranas según se muestra en A. (Por Fawcett 1994)  E. Formación contractil en el músculo, compuesto por moléculas actinas y miosinas organizadas alrededor de cada una de ellas.  F. Disposición de terminales sensoriales en la retina.  G. Las formaciones de microtúbulos, microfilamentos y otros componentes fibrosos del citoesqueleto ocurren en los nervios y otro tipo de células.  He aquí las cilias de los órganos sensoriales, como aquellas responsables de detectar aroas y sonidos.   

Los fisiólogos son conscientes de esto y han estudiado la generación del electricidad por los huesos. En cada paso que uno da, se comprimen los huesos en las piernas y en el resto del cuerpo, generando campos eléctricos característicos. El efecto piezoeléctrico, sin embargo, no está circunscrito a los huesos. De hecho, todos los tejidos del cuerpo generan campos eléctricos cuando se comprimen o estiran. (Oschman 1981). El efecto fotoeléctrico, en parte es responsable de estos campos eléctricos. Otra fuente de dichos campos es el fenómeno conocido como potenciales de corrientes, y se está investigando el aporte relativo de estas dos maneras de generar campos eléctricos en los tejidos (e.j. MacGinitie 1995). La figura 3.5 compara los dos fenómenos.

El punto importante es que, cuando un hueso o cartílago se comprime, cunado un tendón o ligamento se estira, o cuando la piel se estira o se dobla, como en una articulación, se establecen pulsaciones eléctricas diminutas. Estas oscilaciones y sus correspondientes armónicos, son precisamente, representativos de las fuerzas que actúan en los tejidos intervinientes. En otras palabras, contienen información sobre la precisa naturaleza del movimiento que se produce. Esta información es conducida eléctrica y electrónicamente por la matriz viviente circundante, y uno de sus papeles es el control de la forma.

El control de la estructura corporal

La importancia terapéutica y fisiológica de las propiedades piezoeléctricas y otras propiedades electrónicas de los tejidos, es que ofrecen un marco para comprender cómo el cuerpo se adapta a la manera en que está acostumbrado (Oschman 1989). Hace tiempo que se ha reconocido que los huesos y otros elementos del tejido conectivo están en constante remodelación, en respuesta a las cargas que se les imponen.  Desde la perspectiva de la bioquímica, a esto se le denomina «la regeneración metabólica», es decir, un proceso descubierto y documentado por Shoenheimer y sus colegas hace más de medio siglo.

Los campos eléctricos producidos durante el movimiento son ampliamente considerados porque suministran la información que dirige las actividades de la célula «generativas» (e.j. Bassett 1971, Bassett y otros 1964).  Estos son los osteoblastos, mioblastos, células perivasculares, fibroblastos y otras celulas que sirven de «tallo» y que entregan y absorven colágeno, reformando por tanto, los tejidos para que puedan adaptarse a lo que el cuerpo está acostumbrado.  Este concepto regulatorio se remonta a Wolff en 1892 (ver Bassett 1968):

La ley de Wolff

«Dada la forma de un hueso (u otro tejido conectivo), los elementos del mismo (colágeno) se ubican o desubican en dirección de la presión funcional, y aumentan o disminuyen su masa para reflejar la cantidad de presión funcional.»

Otra vez, estos conceptos son sumamente relevantes para los terapeutas que trabajan con terapias basadas en el uso de las manos, energéticas o del movimiento.  Estas brindan la base de los cambios progresivos en la estructura corporal que se producen debido a la manera en que los individuos usan sus cuerpos en relación con la gravedad, por sus hábitos o lesiones.  También ofrecen la base para las medidas de restauración que pueden emplearse para corregir los desórdenes relacionados con la gravedad (Rolf 1962, Oschamn 1997).

Figura 3.5.  Dos métodos por los cuales los movimientos generan electricidad en los tejidos.  El dibujo superior muestra la generación de electricidad piezoeléctrica o de presión, por la defromación de una estructura cristalina.  El dibujo inferior muestra como los potenciales de las corrientes se desarrollan por el flujo de fluidos que contienen iones sobre superficies cargadas eléctricamente.  La carga se forma por las interacciones electroestáticas entre la carga del tejido fijo y la  carga móvil.  Los potenciales de este tipo se generan tanto en el flujo de sangre como por la propulsión de fluidos extracelulares a través de la matriz extracelular, como resultado de la deformación de tejido.  Los petenciales de las corrientes pueden interactuar, sumando a los potenciales piezoeléctricos, o restando de ellos.  (De Bassett 1978, con autorización de Harcourt Publishers.) 

Y seguiremos…

FUENTE:  Medicina Energética, La Base Científica de James L. Oschman

   



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