MEDICINA CUANTICA

El Poblado Interior y los Complejos Según Jung

by on Dic.14, 2009, under Merodeando en Libros, Psicología, Tributo a los Héroes


Foto: Neighbors by Jessica Joy Fotography

La consciencia del yo-la superficie de la psique- está sujeta a perturbaciones y reacciones emocionales provocadas por las colisiones que ocurren entre el individuo y el ambiente externo. Jung consideraba que estas colisiones entre la psique y el mundo externo tienen una función positiva. El yo va creciendo a través de todas esas interacciones vigorosas con el mundo. Los peligros, atracciones, incomodidades, amenazas y frustraciones provenientes de otras personas o de diversos factores ambientales estimulan cierto grado de energía enfocada a la consciencia movilizando al yo para que pueda lidiar con esos impactos.  Somos criaturas gobernadas por emociones e imágenes y a la vez somos seres racionales, adaptados a nuestro ambiente. Soñamos tanto como reflexionamos y probablemente sentimos mucho más de lo que pensamos.

ALCANZAR EL INCONSCIENTE

Nota de autor de blog: nos dicen los científicos y psicólogos que la parte consciente del ser humano registra 2,000 bits de información cada segundo o el 0,0000005% del total que registra el cerebro. El resto lo percibe y almacena la parte inconsciente. Por tanto, necesitamos saber mucho más de lo que hay ahí. Por eso los místicos budistas afirman que todas las respuestas están dentro de uno mismo; buscamos fuera lo que no somos capces de ver dentro. De ahí la importancia del siguiente capitulo de Jung:

“Imaginen por un instante que la psique es un objeto tridimensional como el Sistema Solar. La consciencia del yo es la Tierra, el lugar donde vivimos por lo menos durante las horas en que estamos despiertos. El espacio que rodea la Tierra está lleno de satélites, meteoritos, unos grandes y otros pequeños. Ese espacio es lo que Jung llamó el inconsciente y los primeros objetos con que nos encontramos al aventurarnos por este espacio son los que él denominó complejos –mas tarde llamados el inconsciente individual-. Como psiquiatra comenzó a trazar el mapa de esta área de la psique antes de dedicarse a observar de cerca el complejo del yo o la naturaleza de la consciencia. Emprendió esta exploración inicial mediante el uso de una herramienta científica muy respetada a comienzos del siglo XX,: el Experimento de la Asociación de Palabras. La pregunta que se formulaba era cómo penetrar en la mente salvando las barreras de la conciencia. ¿Cómo lograr llegar más a fondo en el mundo subjetivo y estudiar sus estructuras y su funcionamiento? Para lidiar con ese problema Jung y un equipo de colegas de psiquiatría prepararon una serie de experimentos con sujetos humanos para tratar de ver si, al bombardear la psique con estímulos verbales y observar la respuesta en la conciencia –las huellas, por decirlo así, de sutiles reacciones emocionales-, podían encontrar pruebas de la existencia de estructuras subyacentes. Se basó en cuatrocientas palabras estímulo neutras, palabras comunes y cotidianas como “mesa”, “cabeza”, “tinta”, “aguja”, “pan”, y “lámpara”. Distribuidas entre estas palabras se encontraban palabras mas provocativas como “guerra”, “golpear”, y “acariciar”. El número de palabras se redujo posteriormente a cien. Estas palabras estímulo, leídas una por una a un sujeto previamente instruido para que respondiera con la primera palabra que le viniera a la mente, daban lugar a una amplia variedad de reacciones. La pregunta interesante para Jung era: ¿Qué estaba sucediendo en la psique del sujeto de la prueba cuando se emite la palabra estímulo? El tiempo de respuesta era un factor importante y tras su investigación consideró que estas respuestas eran indicadores de complejos: señales de ansiedad y evidencia de reacciones defensivas ante algún conflicto inconsciente. ¿Qué podían indicarle de la naturaleza del inconsciente?

LOS COMPLEJOS

Las asociaciones existen, pensó Jung, no tanto entre las palabras estímulo y las respuestas, como entre las palabras estímulo y ciertos contenidos ocultos, inconscientes. Algunas palabras estímulo activan contenidos inconscientes que a su vez son asociados a otros contenidos a otros contenidos. Al ser estimulada esta red de material asociado –compuesta de recuerdos, fantasías, imágenes y pensamientos reprimidos, provoca una perturbación en la conciencia. Las señales de estas perturbaciones son los indicadores de la presencia de los complejos. Jung señala que la situación experimental por sí misma conduce a la constelación de complejos, es decir, un campo psíquico que estimula los complejos. El término “constelación”, que aparece con frecuencia en los escritos de Jung, se refiere a la creación de un elemento cargado psicológicamente. “Este término simplemente expresa el hecho de que la situación externa precipita un proceso psíquico en el cual ciertos contenidos se agrupan y se preparan para la acción. Cuando decimos que una persona está “constelada” queremos decir que una persona h adoptado una posición desde la cual es de esperarse que reaccione de manera determinada. Las reacciones a una complejo son bastante predecibles una vez que se connocen los complejos específicos de un individuo. Coloquialmente hablando hacemos referencia a las áreas de la psique que están cargadas por una complejo como “teclas”, como cuando alguien dice: “¡Ella sabe darme en la tecla apropiada!” Cuadn uno toca esa teca, se obtiene una reacción emocional.

Cuando se constela un complejo, existe la amenaza de una pérdida de control de las propias emociones y en cierta medida de la propia conducta. Uno reacciona irracionalmente y a menudo se arrepiente de ello después. Para aquello que ven las cosas psicológicamente, es deprimente saber que uno ha pasado por eso muchas veces, que ha reaccionado de la misma manera en muchas ocasiones y que sin embargo, nada le garantiza que no va a repetirlo una vez más. Cuando ocurre la constelación de un complejo es como si estuviera poseído por un demonio, por una fuerza que supera so propia voluntad. Esto provoca una sensación de desamparo. Aún cuando uno se observa a sí mismo transformarse en víctima insensata de una compulsión interna que obliga a decir o hacer aquello que se sabe sería preferible no decir o no hacer, el guión se desarrolla según lo previsto, y se pronuncian las palabras, se efectúan los actos. Una fuerza intrapsíquica ha sido convocada por una situación que provoca la constelación.

Los arquetipos de estas constelaciones “son determinados complejos que poseen su propia energía”. Al decir energía nos estamos refiriendo a la cantidad precisa de potencial para la acción y al sentimiento que está adherido al núcleo del complejo, como si este fuera un imán. Los complejos poseen energía y manifiestan una suerte de “rotación” electrónica, algo parecido a los electrones que rodean el núcleo del átomo. Cuando una situación o un acontecimiento estimula un complejo, éste provoca un estallido de energía que irrumpe en la consciencia. Su energía penetra la barrera de la conciencia del yo y lo inunda, haciendo que gire en la misma dirección y descargando así parte de la energía emocional que ha sido liberada por esta colisión. Al ocurrir esto el yo deja de estar en pleno control de la conciencia o inclusive del cuerpo. La persona esta sujeta a descargas energéticas que no están bajo el control del yo. Lo que el yo puede hacer, si es lo suficientemente fuerte, es contener parte de la energía de complejo en sí mismo minimizando así la explosión emocional y física. En cierta medida, ninguno de nosotros es totalmente responsable de lo que dice y hace cuando cae en las garras de un complejo. No hace falta decir que esto no constituye un argumento de defensa ante un tribunal de justicia. A veces la sociedad humana exige normas de un nivel superior al que permite la psyque. Tanto la complejidad como el concepto de complejo son elementos fundamentales de la visión que tuvo Jung de la psique. Está constituida por muchos centros, cada uno con su propia energía asó como cierta conciencia y propósitos propios.

En esta manera de concebir la personalidad, el yo es un complejo entre muchos. Cada uno tiene su propio quantum específico de energía. En posteriores entradas sobre la teoría de Jung seguiremos tratando los distintos niveles del inconsciente”.

La pregunta es ¿ayuda el Quantum SCIO a desvelar algunos complejos arraigados en el inconsciente?  Pues sí siempre y cuando el paciente de información coherente.  Hay varias pantallas que nos ofrecen el mapa emocional del inconsciente en el momento de hacer el test.

Este mapa nos informa del estado de equilibrio de las emociones del paciente alojadas en su inconsciente. Cuanto mas se alejen los valores de 100, por encima o por abajo, mayor es el riesgo de que el individuo produzca episodios constacionales de las emociones que componen sus complejos.

FUENTE: Extraído del libro El Mapa del Alma Según Jung de Murray Stein



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